REFLEXIONAR

En una clase de estudios bíblicos luego de la primera parte que había sido intensa en nuevos conocimientos, la maestra planteó algo que nos dejó sorprendidos a todos.

Explicó que no bastaba con lo que ella había enseñado, sino que éramos nosotros los que debíamos reflexionar sobre todo lo que habíamos escuchado.

El motivo era muy sencillo: Solamente analizando los conceptos que habíamos aprendido, podríamos hacer un análisis para luego poder explicarlos a otras personas.

Ese principio básico del discipulado que había aplicado Jesús con quienes serían luego los Apóstoles, nos desconcertó al principio, pero luego nos resultó sumamente atractivo.

Debíamos ahondar en Jesús desde la perspectiva del conocimiento y también de la reflexión acerca de cómo había sido su ministerio y cuantas cosas había dejado como legado de mandatos y enseñanzas.

No se trataba solamente de mencionar lo que había dicho sino de reflexionar sobre lo que significaba el nuevo mandamiento del amor y su proyección entre los hombres.

En ese tiempo descubrimos la verdadera magnitud de Jesús, que siendo Dios convertido en Hombre podía agregar este mandamiento fundamental para la relación entre los humanos.

Comprendimos que reflexionar sobre las cosas de Dios era una forma de ampliar las estacas del entendimiento y guiados por el Espíritu poder recibir nuevas revelaciones sobre su Grandeza. Reflexionar es maraviloso!

Proverbios 20:25
Diego Acosta García

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