OLVIDADO…
Hubo un tiempo en el que pensaba que Dios se había olvidado de mí.
Hacía poco que había iniciado mi camino de cristiano y lo que yo pensaba que era un olvido, en realidad era una de las pruebas que me fue necesario superar.
Esta situación no fue la única, sino que se repitió luego algunas veces más.
Recordando esto me puse a pensar que ocurriría si Dios verdaderamente se hubiera olvidado de mí?
Lo primero que se me vino a la mente fue que tendría que hacer memoria, de cuántos errores debía de haber cometido para que el Eterno dejara de poner su atención sobre mí.
Y las consecuencias, no serían otras que su olvido!
David lamentó una situación similar hace cientos de años, cuando se sintió acosado por sus enemigos, por sus calumnias y por sus amenazas.
Por eso habló del olvido y de su confianza, de que Jehová no hubiera hecho lo mismo.
Frente al olvido, pensemos en lo que hemos hecho y con humildad pidamos perdón, para que la prueba la podamos pasar pronto y volver a percibir el Amor del Supremo.
Salmo 31:12, 14
ES
12 – He sido olvidado de su corazón como un muerto;
He venido a ser como un vaso quebrado.
14 – Mas yo en ti confío, oh Jehová;
Digo: Tú eres mi Dios.
PT
12 – Estou esquecido no coração deles,
como um morto; sou como um vaso quebrado.
14 – Mas eu confiei em ti, Senhor;
e disse: Tu és o meu Deus.
Diego Acosta / Neide Ferreira