LOS PACIFICADORES

LOS PACIFICADORES

El Príncipe de Paz revela nuevas Bienaventuranzas en su Sermón del Monte.

MATEO 5:9  Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Jesús habla de los hombres que tienen un extraordinario talento en sus vidas: El de ser pacificador.

Pero que significa ser pacificador? Por definición es el que tiene la capacidad pata reconciliar donde hay discordia, es el que lleva sosiego y quietud donde hay ánimos aireados e inamistosos.

Lo reflejó David en el Salmo 34:14 Apártate del mal, y haz el bien;
Busca la paz, y síguela.
Elocuente enseñanza: Buscar la paz y seguirla es decir practicarla.

En Proverbios 12:20 podemos leer: Engaño hay en el corazón de los que piensan el mal; pero alegría en el de los que piensan el bien. Queda rotundamente claro que pensar el bien no es otra cosa que buscar la calma donde no la hay y la serenidad donde hay tempestades.

Pablo en su Carta a los Romanos declara en 14:19 Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación. El Apóstol indica la importancia que tiene que obremos en todo lo que sea provechoso para lograr la paz porque lleva a la mutua edificación, que no es otra cosa que la armonía espiritual entre hermanos.

Pensemos como cambiaría el mundo, si los hombres y mujeres pacificadores decidieran obrar con denuedo por todos nosotros, los que no somos pacificadores.

Diego Acosta

LA ARMONÍA

 

EL ABUELO SALOMÓN

Hay palabras que se han incorporado a nuestro idioma, para expresar las tensiones que vivimos los hombres, cuando abandonamos la idea de la armonía.

Pero que es la armonía?

Quienes tengan conocimientos de música podrán comentar que la armonía no es otra cosa que la forma en que se pueden utilizar sonidos y pausas diferentes, para incluso acompañar versos.

Pero si aplicamos el concepto a las relaciones entre las personas veremos que las posibilidades son mayores y paradójicamente las dificultades son también más grandes.

Son mayores porque aseguran una forma de convivencia que hace la vida más grata y porque el debido respeto, torna más agradable aquello que debemos de hacer cada día.

Esto es maravilloso si se logra en el seno de la familia, porque entonces fructifican nuestras mejores cualidades, nuestros más altos sentimientos como padres y como hijos.

Pero si no se consigue la armonía, reina la discordia y difícilmente se podrán conseguir buenos momentos, porque tendremos más que proyectos de conjunto, razones para estar en desacuerdo.

Buscar la armonía, es anhelar una forma superior de vivir, pensando en nuestra existencia y en la del Prójimo.

Diego Acosta