NO JUZGUEMOS…

En algunas situaciones rápidamente levantamos el dedo acusador sin tratar de entender lo que ha ocurrido, ni las causas que provocaron situaciones que nos han disgustado.

Esto es completamente natural y por tanto forma parte de las actitudes de los seres humanos, lo que puede explicar que reacciones airadamente o bien que lo hagamos callados, pero siempre con un cierto rencor.

Sin embargo esto no es normal que ocurra con quienes nos llamamos hijos de Dios, porque lo cierto es que deberíamos obrar de una manera diferente y ello traerá también consecuencias distintas.

Si obramos dejándonos llevar por nuestros sentimientos o nuestras emociones, seguramente habremos satisfecho a nuestro natural, pero habremos obrado mal con relación al hombre espiritual.

Como debemos obrar? Recordando siempre que el dominio propio es un elemento esencial en nuestros comportamientos y por tanto no debemos dejarnos llevar por los impulsos.

En todo caso deberemos tener presente siempre que las actitudes del Señor son las que nos deben inspirar en cada momento y eso excluye cualquier reacción que no esté inspirada en sus enseñanzas.

No juzguemos precipitadamente nunca porque entonces nos expondremos a actitudes que no podrán ser confrontadas con la Palabra de Dios, porque habremos obrado lejos de lo espiritual. Y habremos juzgado.

Salmos 82:2

Diego Acosta García

YO SOY ASÍ

Con notable frecuencia afirmamos que somos de una determinada manera y lo hacemos con gran contundencia, dejando más que claro que es casi inmodificable lo que decimos

Con esa certeza nos comportamos y vamos afirmando tanto para los demás como para nosotros mismos, que hay una forma de ser que no podremos cambiar.

Este comportamiento nos conduce lentamente a convencernos que hay una determinada forma de ser que tenemos que inamovible y de la que tal vez nos sentimos contentos.

La cuestión es: esto es verdaderamente así? Y nosotros podemos pensar que sí, que esto resulta tal y como lo planteamos, sin pensar en ninguna variante.

Lo cierto es que si nos consideramos hijos de Dios esta forma de proceder no es la más correcta, por cuanto siempre debemos estar preparados a ser transformados.

En la dirección que nos marca el proceso que nos debería llevar a ser semejantes a nuestro Señor, al autor de nuestra fe, para que parecernos a Él sea el gran logro de nuestra existencia.

Por esta razón debemos ser muy prudentes en nuestras afirmaciones y permitir que el Señor pueda obrar en nuestra vida y dejar de ser como somos para ser como Él quiere que seamos.

Job 36:22
Diego Acosta García

POR EL ODIO…

Sorprende como la sociedad acepta con una cierta naturalidad la acción de algunos grupos que solamente actúan inspirados por el odio irracional, en contra de personas indefensas.

Lo más grave es que algunos de esos violentos también son minorías en la sociedad en la que viven, por lo que sus acciones son todavía más incomprensibles y también más censurables.

Esta clase de episodios revela cuanta enfermedad espiritual hay en la sociedad en la que nos toca vivir, por cuanto algunos humanos se comportan brutalmente contra otros humanos.

Cuál es el móvil de estas acciones? Simplemente el odio, el odio más irreflexivo y más agresivo que nos podamos imaginar, lo que también nos muestra otra cuestión importante.

Se trata de cómo debemos de servir a la sociedad para que estos hechos violentos dejen de producirse, actuando sobre las vidas de quienes se creen con derechos sobre los demás.

La acción civilizadora del Evangelio es por tanto una cuestión que nos atañe de manera directa y para ser parte debemos pedir Sabiduría de lo Alto y osadía inspirada en el Espíritu.

Cada día debemos estar más comprometidos con el propósito que nos dejó el Señor de llevar el mensaje de Salvación, aún a aquellos que nos inspiran rechazo por sus comportamientos.

Proverbios 10:12

Diego Acosta García

SABER ESCUCHAR

En el anecdotario de uno de los deportistas más famosos del mundo, se cuenta que un día cuando comenzaba su carrera dos veteranos compañeros le sugirieron que ensayara una determinada acción del juego.

La joven estrella los escuchó y decidió que a partir de ese mismo día, luego de cumplir con sus obligaciones profesionales con relación a los entrenamientos practicaría lo que sus compañeros le indicaron.

Fueron ellos precisamente los que le indicaron los secretos de esa acción, ya que eran consumados especialistas. El aprendizaje bien pronto comenzó a dar notables frutos.

Con el paso del tiempo y ya convertido en una estrella mundial, el joven recordaba con afecto a quienes en un determinado momento le dieron un valioso consejo.

A qué viene este recuerdo? A que deberíamos pensar que todos nosotros deberíamos poner en práctica el consejo que seguramente se nos ha dado: que estudiemos la Palabra de Dios.

Si pusiéramos el mismo empeño que ese joven que se convirtió en una estrella mundial, tal vez no tendríamos la misma repercusión, pero sí podríamos mejorar nuestra relación con Dios y enseñar a nuestros jóvenes discípulos.

Saber escuchar es un acto de humildad que nunca debemos dejar de practicar, porque escuchando con el corazón dispuesto podremos avanzar en el proceso para hacernos semejantes al Señor.

Eclesiastés 12:9
Diego Acosta García

 

LA REVELACIÓN

Uno de los momentos más impresionantes de la vida de creyentes, se verifica en el cuando Dios tiene la gracia de mostrarnos algo relacionado con sus propósitos.

Esto suele ocurrir en el momento más inesperado y más sorprendente, pero siempre con relación a lo que Él nos quiere mostrar para que entendamos parte de lo que tiene para nosotros.

Ese momento tan absolutamente trascendente lo debemos atesorar en lo más profundo de nuestro corazón, porque es la demostración que el Eterno está con nosotros.

Estos encuentros difícilmente pueden ser explicados, pero sí es posible hablar de ellos para que quienes lo vivan lo puedan entender como una manifestación del Poder.

Debemos estar muy atentos también al lugar donde se produjo la revelación porque puede tener significado con relación a aquello que Dios nos quiere mostrar.

Es también ese tiempo grandioso una oportunidad para agradecer una vez más la Misericordia y el Amor que se derrama sobre nuestras vidas, al ser confirmados los propósitos del Supremo para cada uno de nosotros.

De esta manera podemos confirmar plenamente que Dios siempre habla, que siempre responde a nuestras oraciones y que siempre está atento a anunciarnos algo, en el tiempo perfecto!

2 Timoteo 1:19
Diego Acosta García

EL NOMBRE

En una clase de escuela dominical una joven maestra explicaba que Dios había creado todo lo que veíamos, nos había creado a cada uno de nosotros y nos consideraba sus joyas más preciosas.

Una niña muy seria le preguntó: Entonces si Dios me quiere, por qué tengo un nombre tan feo? La maestra le comentó: De verdad te parece feo tu nombre, porque a mí me parece muy bonito.

La niña insistió: Pues a mí no me parece bonito y no me gusta…La joven maestra recordó que al lado de su clase estaba la fundadora de la escuelita y en un acto de humildad decidió pedirle ayuda.

La señora enterada de la situación, se dirigió a la niña: Así que no te gusta tu nombre? No señora, le respondió categóricamente. Entonces la señora le hizo un comentario muy especial, para explicarle lo que significaba aceptar.

Escucha amada niña, es posible que a ti no te guste tu nombre, pero si tu sabes que Dios nos ha creado a todos, no te parece que a Dios también le gusta tu nombre? La niña sonrió y aceptó por primera vez el nombre con el que se la identificaba.

Génesis 5:2
Diego Acosta García

 

RECORDATORIO

Más de una vez nos ha pasado que un día cualquiera y sin motivos aparentes, nos encontramos enfermos y entonces clamamos a Dios por sanidad.

Cuando ese tiempo pasa, retomamos nuestra vida con toda naturalidad y nos afanamos por nuestros problemas, nuestro trabajo y con nuestras necesidades.

El olvido de la enfermedad es muy rápido, casi tan rápido como el olvido en el que dejamos al Eterno cuando le clamamos por nuestra salud y por recuperarla pronto.

Podríamos afirmar que somos muy rápidos para el olvido y muy poco dados para reconocer que la salud de la que disfrutamos se la debemos como todo, a nuestro Dios. El recordatorio de la enfermedad… dura muy poco.

Y por qué ese olvido? Sin duda esta es la gran cuestión, la facilidad que tenemos para dejar atrás las cosas desagradables y con ellas a quién una vez más nos ha solucionado el problema que atravesamos.

Cuando nos levantamos al iniciar el día deberíamos de pensar que ese simple hecho es todo un acontecimiento que ha sido permitido por el Señor, para que lo honremos un día más.

La fragilidad de nuestra memoria espiritual es nuestra responsabilidad, porque sin memoria corremos el riesgo de perder nuestra identidad de creyentes y lo más importante: Olvidarnos de Dios.

Salmos 77:11
Diego Acosta García

LOS GOBERNANTES

 

Las cuestiones relacionadas con la política son siempre conflictivas porque enfrentamos o confrontamos nuestros pensamientos con los de otras personas.

Es evidente que se trata de algo natural, porque por el hecho de que hemos sido creados diferentes y joyas únicas, es lógico que tengamos pensamientos y conceptos distintos.

En todo lo que tiene de grandioso este concepto de que somos seres únicos, los hombres no sabemos valorar lo que eso significa y por eso en lugar de aceptarlo como natural, lo transformamos en conflictivo.

Como podemos superar esta situación? Entendiendo que la diversidad de la creación del Eterno, es la que permite que su Plan para los hombres pueda cumplirse.

Con este concepto fundamental, podemos llegar a la conclusión que las cuestiones políticas siempre nos llevarán a confrontar, porque tarde o temprano estaremos frente a personas que piensan diferente.

Lo sabio será que cuando esto ocurra, recordemos que todo está bajo la Voluntad Soberana de Dios y en consecuencia, también la consagración de gobernantes.

Es Dios quién permite que tengan el poder terrenal para administrar las instituciones de los hombres y en esa seguridad, debemos orar por ellos y no confrontar por ellos.

Romanos 13:1

Diego Acosta García

 

DAR LAS GRACIAS

Los seres humanos tenemos la tendencia a imaginar grandes situaciones que nos tienen por protagonistas principales, dejando que nuestra mente gire en forma vertiginosa.

Con tanta grandiosidad y con tanta imaginación sobre lo irreal, dejamos de percibir otras situaciones absolutamente reales y preciosas desde la perspectiva espiritual.

Perdemos la perspectiva de aquellos momentos que Dios en su infinita Misericordia nos regala todos los días y dejamos que se marchiten como flores cortadas.

Una vez más nos debemos preguntar: Por qué nos ocurre esto? Simplemente porque nuestra imaginación queda descontrolada en lugar de someterla a la autoridad de Jesús.

Nuestra mente nos lleva a las emociones y a los sentimientos, que son los peores consejeros que podamos tener, porque se nutren de nuestros elementos más primitivos.

Sin embargo Dios nos sigue regalando momentos maravillosos, esperando seguramente que reacciones y nos demos cuenta que lo grandioso e irreal, no tiene que ver con su Amor.

Por esta razón aprendamos a agradecer los pequeños acontecimientos que nos toca vivir, sabiendo que son los que el Eterno ha preparado para que recordemos que lo bueno es enemigo de lo mejor.

Salmos 9:1
Diego Acosta García

CLAMAR POR EL HERMANO

Las personas que continuamente estamos pidiendo oración por los hermanos que son perseguidos en distintas partes del mundo, algunas veces dudamos.

El origen de esta actitud es que nos planteamos lo que otros se puedan imaginar con relación a esta forma reiterada de clamar por quienes están pasando situaciones dramáticas.

La duda en definitiva se origina, en lo que pensarán otros hermanos de los que siempre pedimos oración por quienes no disfrutan de las mismas comodidades que nosotros.

Pero nos avergonzamos de esta forma de obrar, porque es evidente que aunque seamos los únicos que lo hagamos, es necesario orar por quienes en tierras lejanas viven angustiosamente.

En cierta forma estos pedidos de oración se originan en el convencimiento de que al cumplirse la Palabra de Dios, todos sufriremos persecuciones, hostigamientos a causa de nuestra fe.

Esta reflexión sobre los pedidos de oración a otros hermanos y para otros hermanos, en realidad los debemos hacer cada uno de nosotros y tan importante como eso, participar de ellos.

No nos podemos quedar en la actitud contemplativa o lastimera frente a los sufrimientos de hombres y mujeres que son atacados por mantener su fe en Jesús, en las más adversas circunstancias.

Salmos 72:12
Diego Acosta García