En estos días se cumplen treinta años de mi maravilloso encuentro con el Hijo del Hombre, un encuentro
que marcaría mi vida para siempre tratando de perseverar
y ser fiel en obediencia a quién me ha dado la Vida Eterna. Diego Acosta – MENSAJE
Todos los días 15 de Junio la minoría aramea en Israel y en todo el mundo, conmemora el Sayfo, el genocidio perpetrado por el imperio otomano hace más de un siglo.
La conmemoración es muy similar a la del Día del Holocausto del pueblo judío. La recordación evoca la muerte de miles de arameos que fueron asesinados por el imperio turco.
Es significativo que este exterminio coincidió en el tiempo y en los métodos empleados, y también por las mismas razones que con los armenios.
La limpieza étnica fue iniciada por los turcos en 1895 y se aceleró al estallar la Primera Guerra Mundial, con la pretensión de eliminar las poblaciones cristianas.
En ese exterminio fueron muertos armenios, griegos pónticos y los maronitas que residían en el Líbano. Los arameos son los descendientes de Aram, hijo de Sem y nieto de Noé.
Este pueblo se declara descendientes de Abraham, Rikvá, Lea y Raquel entre otros y todos los nombrados en la Biblia e identificados con esta etnia.
Habitaban en el sudeste de Turquía y en la región de Tadmor, que ahora se conoce como Palmira en Siria. Desde las primeras épocas abrazaron el cristianismo, ya que el propio Jesús hablaba arameo.
Pedro, que era de Galilea, fundo la Iglesia de Antioquía y desde entonces se llama cristianos a los seguidores del Hijo de Dios. El arameo es usado coloquialmente y también en la liturgia.
Israel ha reconocido como nacionalidad a la minoría aramea y a través de la Asociación Cristiana Aramea, ha permitido la creación de una escuela.
En Israel viven entre 15 mil y 20 mil arameos, e incluso miembros de la minoría étnica pasaron a formar parte de las Fuerzas de Defensa del Estado de Israel.
Un quejoso miembro de una congregación quería exponer que las tareas encomendadas no estaban a la altura
de sus merecimientos, pero al ver a su pastor desatascando los servicios comprendió que debía obrar con humildad, como Jesús. Diego Acosta – DEVOCIONAL
El Tercer Cielo es el lugar Glorioso donde moran
el Dios Todopoderoso y su Hijo Jesús, junto a ángeles, serafines y querubines. Anhelemos ser parte del
Glorioso Tercer Cielo porque entonces disfrutaremos la plenitud de nuestra Salvación. Diego Acosta – ESCUDRIÑAR
Se cumplen ocho meses del ataque de la banda terrorista Hamás, que provocó más de mil muertos y más de 100 secuestrados.
La actual guerra, según las expresiones de dirigentes iraníes que respalda a Hamás, se está convirtiendo al parecer, en una defensa del derecho a Israel de existir.
La gravedad de esta circunstancia, estaría provocando una revisión de los acontecimientos de Gaza, que más que un conflicto armado está resultando una dura prueba de supervivencia como estado soberano.
Otra cuestión que agrava el panorama es el mantenimiento de los árabes a su postura de negar la existencia de dos países, pues solo pretenden que exista uno, el palestino.
Debemos seguir orando por Israel como co herederos de las promesas que Jehová Dios hizo a Abraham. Esta es nuestra responsabilidad en los graves tiempos que vivimos.
Jesús nos advirtió que por la maldad mundana el amor de muchos se enfriaría y nos mandó perseverar para que seamos salvos, por medio de la FE que fue puesta en nuestra alma por la Obra del Espíritu Santo. Diego Acosta – MENSAJE
Este es el del inmenso espacio del universo que conocemos y desconocemos, cuya magnitud solo la sabe Dios,
su Creador que se place en mostrarnos partes
de Su Grandiosa e Infinita Obra. Diego Acosta – ESCUDRIÑAR
Este es el del inmenso espacio del universo que conocemos y desconocemos, cuya magnitud solo la conoce Dios,
su Creador que se place en mostrarnos partes
de Su Grandiosa e Infinita Obra. Diego Acosta – ESCUDRIÑAR
El Hijo del Hombre es la Cabeza de SU Iglesia
y nosotros formamos su Cuerpo, por tanto la Iglesia
no tiene propietarios sino hombres y mujeres que le sirven para salvar almas. Diego Acosta – MENSAJE
En la Palabra de Dios encontramos tres cielos y el primero es el de la atmósfera, que rodea nuestro planeta,
donde están las nubes y vuelan los pájaros. Diego Acosta – ESCUDRIÑAR