Un joven recién convertido se mostraba abatido y con poca voluntad para seguir estudiando la Palabra y también para servir en la congregación.
Guiado por el Espíritu y la experiencia que dan los años, decidí hablar con este joven que desde el primer momento había impresionado favorablemente a todos los que teníamos responsabilidades.
Me dijo con mucha franqueza que se sentía tan pequeño que pensaba que nunca haría nada para Dios, precisamente a causa de esa condición.
Le expliqué con paciencia y Sabiduría de lo Alto, que precisamente es a los pequeños a los que el Eterno usa para cumplir con sus Propósitos.
Difícilmente el Creador pondría en manos de un presuntuoso alguna parte de su Obra, porque no haría otra cosa que aumentar su vanidad.
Le sugerí que estudiara en el Antiguo Testamento para que advirtiera como el Todopoderoso creó de un grupito de personas a todo un Pueblo al que le dio identidad en el desierto luego de sacarlo de la esclavitud de Egipto.
Acaso es Israel un pueblo numeroso? No es un pequeño pueblo? El joven comprendió el mensaje y pronto recuperó todo aquello que demostraba que era un apartado del Señor!
Isaías 60:22
ES – El pequeño vendrá a ser mil, el menor, un pueblo fuerte.
Yo Jehová, a su tiempo haré que esto sea cumplido pronto.
PT – O menor virá a ser mil, e o mínimo, um povo grandíssimo.
Eu, o Senhor, a seu tempo o farei prontamente.
Diego Acosta / Neide Ferreira
www.septimomilenio.com