EN PUGNA

DEVOCIONAL

Jesús dijo que cada uno debería tomar su cruz y seguirlo.

Es evidente que estaba hablando que nada sería fácil en la decisión de ser discípulo y que por el contrario iba a demandar esfuerzos denodados.

Esta visión contrasta casi violentamente, con la frivolidad con la que muchos vivimos el cristianismo, olvidando que estamos formando parte de un monumental conflicto.

Estamos haciendo referencia a que las fuerzas del mal no abandonan la lucha por provocar nuestra caída y que nos apartemos del Camino verdadero.

En este conflicto me veo formando parte de los seguidores de Jesús y me veo formando parte de quienes tenemos que luchar contra nuestros propios conflictos personales.

En eso consiste la pugna: Entre el Bien y el mal!

El Poder del Eterno es superior a cualquier otro poder que se le oponga, pero no debo cometer la torpeza de creer que todo está resuelto.

Mi parte de la lucha es ser fiel y consecuente con todo lo que nos ha sido mandado, para poder vivir bajo el Poder y la cobertura del Amor del Supremo.

Juan 17:15

No ruego que los quites del mundo,
sino que los guardes del mal.

João 17:15

Não peço que os tires do mundo,
mas que os livres do mal.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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LO PRIMERO

DEVOCIONAL

A lo largo de la vida, muchas veces me he preguntado qué era lo más importante para mí.

Cuando los años se acumulan sorprende que la respuesta siga siendo la misma: El Amor proclamado por Jesús es decididamente lo primero.

Esta cuestión debe ser rotunda en la vida de cada creyente, comenzando por la mía obviamente, porque es la manera de convertir en realidad aquello que afirmamos de que el Hijo del Hombre no es una religión.

Qué es entonces?

Una forma de vivir que me ha transformado definitivamente, porque no puedo ser el mismo si he aceptado a Jesús como mi Señor.

Si obramos con Amor, somos diferentes al resto del mundo, porque dejamos de lado todo el egoísmo y el materialismo que caracteriza a la sociedad de nuestro tiempo.

El Amor me lleva a considerar al prójimo como más importante que mi propia persona, porque dándole agua a él, se le estaré ofreciendo a Jesús. No una vez, sino todos los días!

Juan 13:34-35

Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.

 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

João 13:34-35

Um novo mandamento vos dou: Que vos ameis uns aos outros; como eu vos amei a vós, que também vós uns aos outros vos ameis.

Nisto todos conhecerão que sois meus discípulos, se vos amardes uns aos outros.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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EL RUMBO

Si aceptamos la simbología de que la vida es un desierto, podremos entender lo que significa perder el rumbo en un panorama donde todo es peligrosamente igual.

Este pensamiento me ha acompañado durante un cierto tiempo, como consecuencia de las cosas que les ocurren a las personas más cercanas.

Qué fácil es perderse!

Primeramente lo digo por mí, por la necesidad que tengo de volver sobre mis pasos, para situarme de nuevo frente a la Majestad del Altísimo.

Perderse es fácil, reencontrar el Camino muy difícil!

Seguir los pasos de Jesús es maravilloso, pero exige el máximo de cada uno, para no caer ni en los descuidos ni en las tentaciones de las encrucijadas.

Siempre me digo que el camino es uno, no tiene atajos ni tampoco senderos que hagan más fácil la marcha!

Por eso debo estar más que atento para no perder la Guía que representan las enseñanzas del Hijo del Hombre y aplicarlas en cada momento de mi vida.

Por duro y exigente que sea el camino, es el único que nos lleva al Glorioso final de la vida Eterna!

Juan 10:4

Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas;

y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.

João 10:4

E, quando tira para fora as suas ovelhas, vai adiante delas,

e as ovelhas o seguem, porque conhecem a sua voz.

Diego Acosta / Neide Ferreira

MENTIRIJILLAS

En algunos países se utiliza el término mentirijillas, con la idea de que son mentiras, pero pequeñas, irrelevantes, para no ser tenidas en cuenta.

Esta justificación está muy extendida en su uso, porque es una forma de decir mentiras sin que ser condenado ni enjuiciado por eso.

Esta forma de pensar siempre me preocupó, porque me recordaba otra expresión igualmente peligrosa: mentiras piadosas.

Esta cuestión me fue aclarada por un añorado maestro, que me puso el siguiente ejemplo: Si Ud. me roba una moneda del valor que sea, me está robando.

Si, por supuesto!

Y si me roba un millón de monedas?

También lo estoy robando!

Pues esa es la explicación. La mentira será siempre mentira aunque la llamemos piadosa o mentirijilla.

Dios no admite la mentira y nos recuerda quién es su padre.

Juan 14:6

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida;

nadie viene al Padre, sino por mí.

João 14:6

Disse-lhe Jesus: Eu sou o caminho, e a verdade, e a vida.

Ninguém vem ao Pai senão por mim.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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MENGUAR

Que significa tener que menguar?

Ser cada vez menos YO?

Debo confesar que todas las veces que me planteo esta cuestión, termino

por dejar para el futuro la decisión que tengo la certeza que debo tomar

hoy.

Tanto me preocupa menguar?

Muchísimo!

Pero es lo que Juan nos enseñó para que nuestra relación con Jesús sea

fructífera y eficaz.

Hasta cuando dejaré pasar el tiempo para menguar?

Me hago la intención, de no esperar hasta que sea demasiado tarde.

Juan 3:30

Es necesario que ÉL crezca,

pero que yo mengue.

João 3:30

 É necessário que ele cresça

e que eu diminua.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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NO SÉ…

Un hermano de la fe, comentaba que se encontraba frente la posibilidad de tener uno de los mayores cambios de su vida.

Estaba sereno, con excelente ánimo y realizando gestiones que podrían determinar que el cambio que esperaba, se concretara.

Lo que más me llamó la atención fue su actitud frente a los momentos que estaba viviendo. Simplemente me dijo, no sé…

En esas dos breves palabras entendí que estaba sintetizada su profunda fe en el Señor, esperando que lo que se resolviera sería siempre su Voluntad Soberana.

Me alegré mucho de escucharlo, porque eso es lo mejor que podemos hacer en circunstancias tan importantes como las que vivía.

Confiar y orar…sin parar y haciendo lo que estuviera en sus posibilidades de hacer!

Nada más, sin crearse expectativas ni mucho menos intentar forzar situaciones o buscando concretar lo que podrían ser las humanas preferencias.

Entendí y entiendo que en la nueva vida que hemos recibido, debemos ser ejemplos sobre la confianza que tenemos en el Eterno y en la obediencia a Sus decisiones.

Juan 9:31

Y sabemos que Dios no oye a los pecadores;

pero si alguno es temeroso de Dios,  y hace su voluntad, a ése oye.

João 9:31

Ora, nós sabemos que Deus não ouve a pecadores;

mas, se alguém é temente a Deus e faz a sua vontade, a esse ouve.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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LA BUENA RUTA

Hace unos días tuve que conducir un auto durante más de ocho horas bajo una intensa nevada, que arreciaba por momentos pero que siempre fue constante.

Una de las maneras más seguras de conducir en esas condiciones verdaderamente extremas, es hacerlo con la máxima prudencia y como cosa práctica, seguir la huella que otros vehículos van dejando.

Por la Gracia todo resultó perfecto, aunque el viaje fue el doble más lento que lo normal, para cubrir la misma distancia.

Recordando esas horas, creo que se puede comparar ese viaje bajo la nieve, como la propia vida: en condiciones extremas debemos confiar más que nunca en el cuidado de Dios!

ÉL nos guardará y nos mostrará la mejor huella, la mejor ruta posible para nuestra vida, porque sencillamente nadie nos conoce mejor y Jesús es el Único que sabe por donde debemos ir.

De nada vale apelar a nuestra experiencia o capacidad, si no confiamos en el Eterno para que nos guíe y nos guarde.

Todo lo demás es superfluo, riesgoso y por demás vanidoso!

João 14:6

Disse-lhe Jesus: Eu sou o Caminho, e a verdade, e a vida.

Ninguém vem ao Pai senão por mim.

Juan 14:6

 Jesús le dijo: Yo soy el Camino, y la verdad, y la vida;

nadie viene al Padre, sino por mí.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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