EL TRISTE ÉXITO

DEVOCIONAL

Infelizmente el mundo parece habernos convencido de la necesidad de convertirnos en personas exitosas. Por lamentable y casi inadmisible que resulte, esta parece ser la realidad.

Tener éxito es tener también la posibilidad de exhibirnos ante la sociedad, como auténticos ejemplos de superación y formar parte del exclusivo núcleo de triunfadores.

Todo esto es doblemente triste, por cuánto es algo que perturba el corazón de muchos, que entienden que ese es el buen camino, sin saber que no lleva a ninguna parte.

Y lo más grave todavía: que hay muchos que no quieren saber y otros lo ignoran, que el éxito del mundo, es la paga que recibirán quienes lo busquen y lo deseen.

El mezquino y esquivo éxito del mundo, será la paga para quienes lo persigan como un objetivo personal, perdiendo lo más importante que es la Bendición de la Salvación y la Vida Eterna.

Jesús vino a nosotros para darnos Vida, no para darnos éxitos.

Mateo 16:27 Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.

Diego Acosta – Neide Ferrreira