A QUIÉN MÁS…
Las posiciones que significan honores y privilegios, despiertan admiración y también interés por conseguirlas.
Nadie escapa a esa que parece ser una de las grandes debilidades de la especie, desde siempre.
Pero también, como casi siempre, anhelamos y obramos equivocadamente.
Con Dios no hay honores ni privilegios!
El Honor solo le corresponde a la Majestad de su Autoridad!
Los privilegios son cuestiones de los hombres, que creemos nos autorizan a consumar hechos que nos están negados.
Buscamos lo que no debemos y los resultados son lamentables, altamente perjudiciales para nosotros y para los demás.
Las pretensiones equivocadas son sustentadas hasta por los hombres que deberían saber en profundidad estas cuestiones y sin embargo se arriesgan con sus hechos a ser apartados del Eterno.
En el Libro de Malaquías los sacerdotes son severamente amonestados por haber cometido graves transgresiones al Pacto de Leví.
Esto nos debería enseñar acerca de lo que somos delante de Dios y de lo que deseamos ser delante de los hombres.
No hay ninguna actitud que pueda justificar acciones incorrectas y mucho menos actitudes que corrompan las responsabilidades concedidas por el Supremo.
Tratando de ser consciente de todo esto, no puedo menos que inclinarme con temor y temblor delante del Supremo, para pedir Misericordia y no ser un mal ejemplo para nadie.
Soy lo que Dios quiere que sea, ni más ni menos. Por tanto todo lo que hago debería estar bajo su Autoridad, completamente alejado de los pensamientos de los hombres.
Malaquías 2:8-9
PT – Mas vós vos desviastes do caminho, a muitos fizestes tropeçar na lei: corrompestes o concerto de Levi, diz o Senhor dos Exércitos.
Por isso, também eu vos fiz desprezíveis e indignos diante de todo o povo, visto que não guardastes os meus caminhos, mas fizestes acepção de pessoas na lei.
ES – Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Jehová de los ejércitos.
Por tanto, yo también os he hecho viles y bajos ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado mis caminos, y en la ley hacéis acepción de personas.
Diego Acosta / Neide Ferreira