La BENDITA PIEDAD
DEVOCIONAL
En el vértigo en el que vivimos olvidamos las cuestiones esenciales. El tiempo no nos alcanza para nada, porque estamos atrapados en hacer lo que el mundo quiere de nosotros.
Hemos dejado de pensar por nosotros mismos y nos sumamos a las modas, los estilos, de enfrentar la vida, desde comer hasta vestirnos, desde sonreír a entristecernos.
Todo lo que hacemos está determinado por las trampas del mundo, que nos llevan a pensar que no hay nada más importante, que aquello que nos justifica ante la sociedad y aspiramos a su reconocimiento.
Así es como nos olvidamos o nos hacen olvidar de lo que Dios ha dispuesto como la mejor forma de vivir, que es precisamente la opuesta a todo lo que nos afana día tras día, pues solo hacemos méritos para que el mundo nos acepte.
A pesar de todo la Piedad de Dios se mantiene sobre nosotros, porque Él verdaderamente nos ama y porque somos importantes para ÉL porque nos ha elegido como sus Hijos, aunque lo neguemos con nuestros hechos.
Elevemos nuestra mirada hacia el Todopoderoso y dejemos de ser esclavos del mundo para vivir con su Piedad y con su Amor.
Jonás 4:11
¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?
Diego Acosta / Neide Ferrreira


