LA MURALLA DE LA CIUDAD DE DAVID

ARQUEOLOGÍA BÍBLICA

Una vez más los descubrimientos científicos constatan la indiscutible veracidad de la Palabra de Dios.

Se ha confirmado que los restos descubiertos de una antigua muralla, pertenecen a la que fue construida hace alrededor de 2.700 años en torno a Jerusalén.

El histórico hallazgo se registró en el Parque Nacional de la Ciudad de David y tiene unas características sorprendentes que revelan su magnitud.

La muralla tiene aproximadamente cinco metros de ancho y se construyó en la empinada ladera oriental que conduce a la ciudad, a muy poca distancia del Monte del Templo.

La pendiente del sector seguramente preservó la muralla de la destrucción durante la conquista por las fuerzas de Babilonia, ya que los invasores probablemente quebraron las defensas llegando por un camino de más fácil acceso.

Los primeros hallazgos se registraron en la década de 1960, con el trabajo de la arqueóloga británica Kathleen Kenyon, siendo ampliados por el arqueólogo Yigal Shiloh en la década siguiente.

Inicialmente los especialistas descartaron que el descubrimiento correspondiera a la histórica muralla de Jerusalén, porque las dos estructuras que surgieron de las excavaciones parecían no estar conectadas entre sí.

Pero ahora, inequívocamente se puede determinar que la muralla es la de Jerusalén, al menos en la vertiente este. Por tanto se está ante un histórico hallazgo detallado en la Palabra de Dios, hace cientos de años. en el Segundo Libro de los Reyes en su último capítulo.

Diego Acosta

Los Reyes Ezequías y Manasés

 

ARQUEOLOGÍA BÍBLICA

Se reveló que decenas de sellos del Primer Templo de Jerusalén fueron desenterradas, en un almacenamiento que tiene alrededor de 2.700 años de antigüedad.

La Autoridad de Antigüedades de Israel, informó que corresponden a los días de los reyes judíos Ezequías y Manasés, en excavaciones que se realizaron en el vecindario de Arnona en Jerusalén.

En el sitio fue descubierta una gran estructura inusual para la época, construida con paredes de sillares concéntricos, así como unas 120 asas de jarras con impresiones de sellos que contenían una antigua escritura hebrea.

La singularidad del descubrimiento radica en el hecho de que muchas de los mangos tienen la inscripción «LMLK», que puede traducirse como perteneciente al rey.

También se encontraron restos que identifican a altos funcionarios o a personas que fueron contemporáneas en el período del Primer Templo, desde el siglo VIII al siglo VII a.C.

Se considera que este es uno de los descubrimientos más significativos del llamado Período de los Reyes en Jerusalén. Además se pudo comprobar cómo se recaudaban los impuestos a los productos agrícolas como el vino y el aceite de oliva.

Para contribuir a la importancia del hallazgo, se anunció que los investigadores descubrieron que la gran estructura estaba cubierta por una enorme pila de piedras de silex, que formaba una colina artificial que tenía casi dos metros de altura y con una superficie de casi siete mil metros cuadrados.

Diego Acosta