CONSAGRACIÓN

Se cuenta que una familia estaba airada contra el padre, luego de haber ganado una importante cantidad de dinero en una apuesta.

El motivo es sorprendente: La queja era porque el padre no había sido lo suficientemente listo y jugado diez veces más, con lo que hubieran sido diez veces más ricos.

La primera vez que escuché esta historia, que no sé si es real, pero merece serlo, me quedé sorprendido de la actitud de la familia.

Pero, cuando el Señor llegó a mi vida, comencé a comprender por qué es tan peligroso el dinero para los seres humanos.

Me costaba trabajo entender las advertencias de Jesús acerca de los ricos y de su relación con el Reino de los Cielos.

Sin embargo con el tiempo aprendí la tremenda Verdad contenida en la Palabra de Dios, con relación al dinero y su poder destructor.

El dios Mammon, como todo dios que no sea el Verdadero, es cruel y lo único que pretende es obediencia para destruir luego a sus fieles.

Así ocurre con el dinero: Primero seduce con su supuesto poder y luego esclaviza, tanto cuando se lo consigue, como cuando no se lo tiene.

La esclavitud al dinero es una de las más perversas que puede someter a los hombres, entre los que naturalmente me incluyo.

Un esclavo del dinero nunca podrá ser libre, porque por mucho que posea, nunca será capaz de utilizarlo para comprar su propia libertad.

Dios conoce mi medida y la de todos los seres que ha Creado. ÉL sabe que es lo mejor para cada uno de nosotros.

No lo desafiemos con una consagración insensata!

1 Timoteo 6:10

Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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SOY PEQUEÑO…!

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En un curso de idiomas he leído esta frase: Soy pequeño porque soy un niño!

Evidentemente se trata de un ejercicio para recordar la condición de pequeño y la de niño. Pero me llamó la atención…

Las dos palabras juntas o separadas tienen que ver con el mensaje de Jesús, con relación a quienes pertenece el Reino de los Cielos…!

Los pequeños, por serlo!

Los niños, por serlo!

Recordamos la frase bíblica y la replanteamos: Como una persona con muchos años puede ser pequeña y puede ser niño a la vez?

Acaso es posible esto?

La condición de pequeño está relacionada con la dimensión que nosotros mismos nos damos, al considerar lo que podríamos llamar la importancia personal.

Si somos pequeños, seremos capaces de aproximarnos a la humildad que proclamó Jesús!

La condición de niño está relacionada con nuestro nuevo nacimiento en Cristo y en la necesidad de mantener esa condición espiritual.

No de ser infantiles, sino ser niños en nuestro interior!

He pensado cómo en un curso de idiomas, se puede encontrar un motivo para reflexionar sobre el Hijo del Hombre y sus enseñanzas?

Tal vez esto sea lo que se nos reclama a propósito de obrar como Jesús, pensar como Jesús!

Siempre el Salvador como centro de nuestros pensamientos, de nuestras oraciones, de nuestros hechos sirviendo a los demás.

Sería muy importante reflexionar sobre esta cuestión de ser pequeños y de ser niños. Cuando lo hice tuve la maravillosa percepción de un acercamiento a Jesús.

Poderoso por lo sencillo!

Aunque pueda parecer una locura, que importante sería que verdaderamente fuéramos pequeños y niños. A la vez!

Mateo 18:14

Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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EL JOVEN RICO

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Un hermano comentaba su sorpresa y desasosiego luego de haber leído la historia de Jesús con el joven rico que deseaba heredar la vida eterna.

Decía: Por qué si alguien tiene posesiones debe venderlas, si en el mundo celestial no cuentan las riquezas?

Que haría el joven rico con sus posesiones en el Reino de los Cielos? Como no le servirían de nada, para qué tendría que venderlas?

Y reflexionó: Tal vez por eso se fue triste y afligido tras haber conversado con Jesús. Además, lo más probable es que no hubiera vendido lo que tenía.

Me resultó sorprendente el argumento y pensé mucho en las palabras del hermano. Y una de las conclusiones a las que llegué, fue cómo pueden resultar de diferentes las opiniones sobre la lectura de un mismo asunto.

Tampoco esto es algo novedoso, pero tratándose la Palabra de Dios, no cabe ninguna duda que deberíamos tener pensamientos más centrados en el propio Texto.

No volví a ver al hermano que había planteado el tema, pero más de una vez pensé que le diría si lo encontrara y volvía a surgir la historia del joven rico.

Creo que le diría que quién tiene el afán del dinero en su corazón, cualquiera que sea la magnitud de sus posesiones, probablemente obraría como el joven de la historia.

Nadie que tenga el dinero en su corazón, puede tener espacio en su interior para que el Espíritu pueda obrar el milagro del arrepentimiento y recibir el perdón.

Nadie!

Por tanto tengo la certeza que la cuestión no es la dureza con la que habló Jesús sino la dureza del corazón de quién lo escuchó.

Marcos 10:21

Jesús le miró y sintió afecto por él, y le dijo: Una cosa te falta; anda, vende cuanto tienes y dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz.

Diego Acosta / Neide Ferreira