DE DONDE…

En una reunión importante de la que participaban varios líderes, hubo una intensa discusión relacionada con la forma en la que se estaban desarrollando algunas tareas.

Las propuestas eran muy distintas y casi todas opuestas, por lo que se hacía muy difícil encontrar una solución.

Pero, alguien dijo una frase que determinó que todo se centrara en la cuestión más importante: De donde no hay, no se puede sacar…

Este episodio vino a mi memoria cuando estaba leyendo un comentario en el que se hacía una fervorosa defensa de la autoayuda.

Significa la autoayuda, que una persona que no puede con su problema, además lo tiene que resolver…sola?

Puede que esta pregunta genere polémica, pero nadie se puede ayudarse a sí mismo, si no es capaz de resolver aquello que lo tiene al borde de una crisis personal.

Creo que en el fondo se trata de una exaltación mal intencionada de lo que llamamos el humanismo, el valor del hombre por el hombre mismo.

Cuestiones como: Tú lo vales, Tú te lo mereces, Tú eres superior a los problemas…

La repetición del tú…tú, es tan engañosa como nefasta para quién está con problemas graves. La autoayuda puede llevar fácilmente a la autodestrucción.

Jesús nos enseñó a propósito de estar siempre de a dos, para que uno ayude a levantarse al que se ha caído…!

NO caigamos en la terrible trampa de creernos que por ser hombres somos importantes! Somos tan débiles que quedamos indefensos ante nuestras circunstancias.

De donde no hay, no se puede sacar!

No es una frase ingeniosa, es una frase que nos debe llevar a Jesús!

Isaías 41:6

ES  Cada cual ayudó a su vecino,

        y a su hermano dijo: Esfuérzate.

PT – Um ao outro ajudou

       e ao seu companheiro disse: Esforça-te!

Diego Acosta / Neide Ferreira

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