Y UN DÍA…!

CONSIGNA: SER PRUDENTES Y ESCUDRIÑAR

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Para casi la mitad de la población mundial, un día se le terminaron todas las certezas cotidianas y comenzó un nuevo tiempo.

Aquello de ir a trabajar, de llevar los niños al colegio o de reunirse con los amigos, en pocas jornadas desaparecieron de la vida cotidiana y fue reemplazado por lo que llamamos el confinamiento.

Resulta raro que llamemos confinamiento a estar reunidos con nuestra familia, el esposo, la esposa, los hijos. Pero así lo definimos y así lo aceptamos.

Para más de tres mil millones de personas enfrentarse con miles de muertos y millones de infectados por la peste, este ha sido un impacto emocional de gran magnitud.

Y lo que es peor, el miedo al futuro se agiganta con cada día que no sabemos cuándo volveremos a la perdida normalidad o a una nueva forma de vida, que tampoco sabemos cómo será.

Para quienes nos llamamos hijos de Dios, la sola certeza de que Él está en el control de todo y de todos, nos debe dar serenidad y firmeza. La misma que debemos de transmitir al prójimo, como nos mandó Jesús.

No estamos afligidos por un día, sino confiados en que llegará el Reino!

Diego Acosta / Neide Ferreira

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