VIVIREMOS MAÑANA?

 

DEVOCIONAL

Una pregunta que seguramente no nos haremos con frecuencia y está relacionada con nuestra existencia en el tiempo.

Y por qué no lo hacemos?

Sencillamente porque esa parte del futuro no nos interesa saberla. En el fondo, todos o casi todos obramos como si fuéramos a vivir sin límite de tiempo.

Lo curioso es que no fantaseamos con la idea de la inmortalidad, llamándola de esa manera. Pensando que vamos a vivir más de lo que sería razonable.

Sanos, con la mente brillante y con la sabiduría plena de quienes son ejemplares, probos, dignos. En suma un auténtico ejemplo para propios y extraños.

Confieso que me identifico con muchos de los términos expresados, pero arrepintiéndome de mi torpeza y de mi falta de sentido común.

Confiando como confío en las decisiones Soberanas del Dios Todopoderoso, del Dios de Israel. En ÉL confío mi futuro.

Génesis 3:19 con el sudor de tu frente comerás hasta que vuelvas a la tierra;; pues porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.

Diego Acosta / Neide Ferreira

ESPINAS HIRIENTES

 

DEVOCIONAL

En algunas ocasiones las revelaciones del Espíritu son impactantes, tremendas porque nos sitúan en una realidad que ni siquiera nos podíamos imaginar.

Una de ellas es la relacionada con las malas palabras o los insultos que decimos, en algunos casos como el mío, constantemente aunque termine de justificarme que muchas de ellas tienen un origen casi folklórico.

Pero lo cierto es que deberíamos saber, que cada mala palabra o insulto que pronunciamos, es una ofensa. una espina hiriente en los oídos Santos del Padre.

Tenemos espinas en la boca?

Por asombroso que resulte, es lo que el Espíritu nos emplaza a imaginar y entonces pensemos: Que haríamos con las espinas en nuestra boca?

Cada vez que decimos alguna inconveniencia, añadimos otra espina a las que ya habían y en una cadena sin fin, iríamos agregando esos perturbadores elementos que podrían destruir nuestra boca.

Todavía seguiremos hablando malas palabras o insultando?

Efesios 4:31
Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.

Diego Acosta / Neide Ferreira

QUIÉN ERA MARTA…?

ESCUDRIÑAR

Jesús era amigo de Lázaro y de sus dos hermanas: Marta y María, que vivían en Betania, muy cerca de Jerusalén. En una visita que les hizo, quedó en evidencia el carácter hospitalario de Marta.

Tanto fue que le reclamó a Jesús por la actitud de su hermana de no ayudarla en las tareas, pero Él le respondió que estaba afanada y turbada por muchas cosas, pero solo una era necesaria.

Y de esta manera pretendió dejarle en claro, que lo importante eran sus enseñanzas y no las preocupaciones que estaba mostrando Marta como anfitriona.

Es importante advertir que Jesús no la reprendió, sino que trató de que entendiera que siempre deberíamos escoger entre dos alternativas, buscando siempre la más relevante.

Incluso el conflicto que le planteó Marta porque su hermana María permanecía a sus pies, escuchándolo, no tenía la menor importancia, por cuanto era su Palabra lo que más les valía escuchar.

Muchas veces los afanes, aunque sean legítimos, nos impiden tener la perspectiva de lo Verdadero y de lo que puede edificar nuestra propia vida.

En el episodio de la resurrección de su hermano Lázaro, Marta exhibe la dimensión de su fe aunque el Señor hubiera llegado demasiado tarde, según ella, para devolverle la vida a su hermano.

Marta le dijo al Hijo del Hombre: Sí, Señor… Creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, que ha de venir al mundo según consta en el Evangelio de Juan 11:27.

No debemos juzgar a quienes se afanan y preocupan en el servicio a Dios, al contrario, tratemos de que perciban, con Amor y Misericordia, que es lo mejor para sus vidas.

Diego Acosta