EL VALOR SUPREMO


La liberación de un soldado israelí cruelmente secuestrado durante más de cinco años por terroristas islamistas, nos debe hacer reflexionar acerca de la verdadera importancia del ser humano.

La sencilla visión del caso nos mueve a pensar que algo muy importante debe ser para el Pueblo de Dios la vida de una sola persona, cuando se cambia su libertad por la de más de mil hombres, muchos de los cuales son asesinos de judíos.

Cuando Dios creó al hombre le dio su aliento para que viviera, para que el polvo se convirtiera en la prodigiosa realidad que somos los seres humanos, joyas maravillosas de la Creación.

Ante la majestuosidad de la Voluntad de Dios de crearnos como hombres y como mujeres, debemos entender que esa decisión encierra un mensaje cuyo contenido no podemos ni debemos ignorar.

Dios es la fuente de la que emana la Vida y solamente Él puede tomar decisiones sobre nuestra condición de seres vivientes. No hay poder humano que contradiga esto.

Otra cosa es lo que los hombres hagamos con la vida de nuestros semejantes y por tanto estamos todos sometidos al Juicio en el que serán confrontados nuestros actos.

La Vida es el valor supremo. Respetarla y cuidarla es una tremenda responsabilidad, que no puede verse limitada ni por las razones políticas ni por las razones de nuestros pensamientos.

Génesis 2:7
Diego Acosta García

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