ARGUMENTO…?

Quienes se permiten  negar la existencia de Dios, utilizan un razonamiento que es una auténtica forma del autoengaño.

Dicen: Si Dios existe, por qué hay tanta maldad en el mundo? Por qué ocurren tantas cosas terribles?

La respuesta es dramáticamente sencilla: La maldad del mundo existe por la maldad de los hombres, que niegan con sus hechos al propio Dios.

Es decir: El mal existe por lo que es natural en la  especie, desafiando con hechos brutales lo dispuesto por el Eterno como normas de vida para los hombres.

Cuando escucho estas preguntas, inmediatamente oro pidiendo al Supremo que tenga Misericordia de esas vidas, que reniegan de su existencia, condenándose al castigo eterno.

Creo que también debo orar por quienes prestan sus oídos y por tanto su atención a estos argumentos y los repiten sin tener en consideración que haciendo esto, exhiben su propia maldad.

Quienes nos llamamos hijos de Dios con toda seguridad nos enfrentaremos a dramáticas quejas, con relación a lo que se considera la inexistencia o la maldad del Supremo.

Y las respuestas deben estar llenas del Amor que se derramó sobre nuestras vidas, para que nuestras palabras sean de auténtico consuelo y no motivo de discusiones inútiles.

Preocuparnos por quienes niegan a Dios, es una de las maneras que tenemos de predicar el Evangelio como nos mandó Jesús!

Cada mensaje de nuestra boca, también tiene que estar acompañado por la oración para que el Espíritu obre en cada vida.

Solamente así y no con discusiones calmaremos los corazones dolidos y las mentes acusadoras.

Romanos 1:20-21

ES – Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.

Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.

PT –  Porque as suas coisas invisíveis, desde a criação do mundo, tanto o seu eterno poder como a sua divindade, se entendem e claramente se veem pelas coisas que estão criadas, para que eles fiquem inescusáveis;

 Porquanto, tendo conhecido a Deus, não o glorificaram como Deus, nem lhe deram graças; antes, em seus discursos se desvaneceram, e o seu coração insensato se obscureceu.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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