Y QUE SABE?

 

Es probable que más de una vez hayamos tenido algún comentario descomedido con relación a una persona, que nos haya dado su opinión o su consejo sobre un determinado tema.

Esa reacción encierra un grado de ofuscación peligroso para nuestra vida espiritual, porque significa que estamos admitiendo que hemos escuchado algo que no nos ha gustado.

Por eso le negamos a otro su capacidad para opinar sobre una cuestión en la que supuestamente no precisamos comentarios de ningún tipo y menos uno que se oponga a nuestra valoración.

Y qué sabe?, nos repetimos una y otra vez, dando lugar al crecimiento de un sentimiento de  animadversión hacia alguien que obró con comedimiento ante una situación específica.

Por qué asumimos esta actitud? Seguramente porque nos creemos superiores y porque no aceptamos que haya alguien que esté en condiciones de decirnos lo que tenemos que hacer.

Que diferente sería todo si tuviéramos la humildad de dar las gracias a Dios por poner amor a un hombre o a una mujer para que nos hablara acerca de algo que nosotros debemos resolver.

Obrar con soberbia en todas las situaciones nos puede llevar a males mayores, sobre todo cuando nos negamos a aceptar que estamos equivocados y rechazamos la ayuda que Dios puede darnos a través de un consejo oportuno.

Job 12:13

Diego Acosta García

Deja una respuesta