En una oportunidad me preguntaron: Cómo se hace para conocer a Dios?
Fue un requerimiento directo, sin ninguna clase de preámbulo, que me obligó a razonar primero y a orar después para pedir ayuda al Espíritu.
Como siempre la respuesta proviene de la Palabra de Dios, a través de la Sabiduría que el Espíritu pone en nuestro corazón y en nuestra boca.
Como se hace para conocer a Dios?
Tal vez sea más sencillo de explicar que de concretar en hechos. De explicar es simple: Defender a los pobres y los oprimidos.
Hacerlo es tremendamente complicado, porque en esa acción siempre prevalecen nuestros intereses personales y nos olvidamos de aquello que tenemos la obligación de materializar.
Recuerdo sobre este punto, que la primera vez que tuve que salir en defensa de alguien que ostensiblemente no estaba en condiciones de intentarlo siquiera, dudé mucho, demasiado.
Mi mente argumentaba: Por qué te vas a involucrar en una situación que no has provocado y que tampoco te afecta directamente?
Y es precisamente en esa duda donde el enemigo puede ganar la batalla. Esa es la duda que finalmente puede apartarnos de hacer el bien, por defender nuestra causa personal y no la de quién necesita por debilidad, que alguien lo defienda.
Cambiar nuestro deber por nuestros intereses, conspira contra el Mandamiento del Soberano. ÉL es el que cuida nuestros intereses y nosotros debemos cuidar al necesitado, al desprotegido.
Si verdaderamente amamos al prójimo, entonces podremos ver como el Amor de Dios se derrama sobre nuestra vida. Que es una de las mejores formas de conocerlo!
Jeremías 22:16
El juzgó la causa del afligido y del menesteroso, y entonces estuvo bien. ¿No es esto conocerme a mí? dice Jehová.
Diego Acosta / Neide Ferreira