DECADENCIA

DEVOCIONAL

A lo largo de la vida de las personas hay momentos que se tornan en incomprensibles, pues sobrevienen problemas inimaginables, con consecuencias aún peores.

Es difícil comprender en ese tiempo que está sucediendo, por qué todo comienza a torcerse y a complicarse, sin que aparentemente existan motivos para que eso ocurra.

Más de una vez lo he vivido y lo he pensado. La conclusión es que siempre hay razones para que la vida se convierta en un torbellino que atrapa y nos lanza hacia el vacío.

Tengo la culpa?

Sin la menor duda. Soy culpable, porque a causa de mi orgullo y de confianza en mi propia fuerza y capacidad, fui desestimando al Eterno, hasta apartarme del centro de su Voluntad.

Por Gracia tengo una manera de resolver esta dramática situación. Es volver la mirada hacia lo Alto, pedir perdón y apartarme de toda forma de corrupción e incluso de la violencia que está en mi interior.

Isaías 3:1
ES – Porque he aquí que el Señor Jehová de los ejércitos quita de Jerusalén y de Judá al sustentador y al fuerte, todo sustento de pan y todo socorro de agua.

PT – Porque eis que o Senhor Deus dos Exércitos tirará de Jerusalém e de Judá o bordão e o cajado, todo o sustento de pão e toda a sede de água.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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