DECISIONES

Cuando tomamos decisiones generalmente las sometemos a la Voluntad del Eterno. Decimos generalmente porque en otras ocasiones, primero decidimos y luego las consultamos.

Es decir: Tomamos una decisión y en todo el proceso que lleva arribar a alguna conclusión, raramente nos recordamos que el Señor es el Soberano sobre todas las cosas.

Entonces prevalece sobre nuestro ánimo la alta cdeci4onsideración que tenemos de nosotros mismos y todo gira en torno a esa importancia que nos otorgamos y que nos creemos que tenemos el derecho de defender.

Nos olvidamos muy rápidamente de los propósitos que nos llevaron hasta una determinada situación, nos olvidamos que en algún momento del pasado estuvimos de acuerdo con lo decidido por el Señor.

Pero cuando no estamos de acuerdo con el presente y sobre todo no estamos de acuerdo con la importancia que creemos debemos de tener, tratamos de modificar el rumbo de nuestra vida.

Como tomamos decisiones incompletas sin la dirección de Dios, no percibimos que el cambio nos puede perjudicar o puede perjudicar a quienes dependen de nosotros y por tanto no tienen ninguna posibilidad de tomar decisiones.

En la hora de las decisiones no nos abandonemos a la poderosa razón de nuestra satisfacción personal y recordemos que el propósito superior de nuestras vidas, es ser siervos fieles y no siervos satisfechos por su importancia.

Salmos 40:8
Diego Acosta García

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