ANTIVIRUS
Cada vez que hablamos de los jóvenes ponemos el acento en sus actitudes, en su desapego de la realidad, en su conformismo o en su falta de visión, entre otros argumentos.
Pero, viendo cómo podemos ver las imágenes de los medios de comunicación en su abrumadora mayoría, bien haríamos en ser más prudentes en nuestras afirmaciones con relación a ellos.
Si les reclamamos por sus actitudes, no podrían ellos reclamar por las imágenes donde se pueden a supuestos personajes, que viven de exhibir sus propias miserias?
Qué tiene de edificante mostrar la falta de respeto, de decoro, de integridad cuando se ridiculiza la relación entre un hombre y una mujer, cuando se exalta la traición públicamente?
Qué tiene de realidad la morbosa exhibición de la infidelidad, como si fuera algo normal que ocurra o peor todavía, como si fuera lo deseable que ocurriera?
Si le reclamamos a nuestros jóvenes que no vivan pensando en el…vale todo, seamos verdaderamente adultos y no le demos crédito a aquello que nada vale. Como podría decir el sabio Eclesiastés, no hace falta exaltar la miseria humana, para saber que existe.
Diego Acosta