ANTIVIRUS
Con estupor primero y preocupación después, leímos un comentario de una persona, relacionado con las leyes que se estudian para la defensa de los animales.
No se cuestionaba este principio, lo que se ponía en evidencia es que según los borradores de esas leyes era mucho más grave pegarle a un animal que pegarle a una mujer.
No sabemos el grado de verdad que pueden tener los borradores conocidos, pero resultan bastante preocupantes si los valoramos desde la perspectiva espiritual, entendiendo que pegarle a una mujer es obviamente lo mismo que decir que pegarle a un hombre.
Creemos que en el fondo se trata de un nuevo síntoma de la rebeldía sistemática contra lo establecido por Dios, en su Obra Perfecta y en las normas que la rigen.
Está claro que debemos cuidar los animales porque somos los Mayordomos de todo, pero no es menos cierto que anteponer el derecho de los animales al derecho de las personas, escapa a toda lógica humana. Y se enfrenta al Eterno.
Diego Acosta