PREPOTENCIA

No deja de llamar la atención la actitud que tenemos muchos creyentes con relación al resto de las personas, cuando hablamos de que somos Salvos y que tenemos asegurada la vida eterna.

Semejantes argumentos parece que nos alejan del resto de los mortales, como si lo que vanidadmostramos fuera un producto de nuestros méritos o de nuestros esfuerzos.

Nada hay más inmerecido que de lo que presumimos con una prepotencia que disfrazamos malamente de benevolencia y tranquilidad frente a todo lo que nos rodea.

No es la benevolencia lo que se espera de nosotros ni ese aire de superioridad que se esconde con la tranquilidad con la que miramos, la muerte física, por ejemplo.

Jesús no admitiría estas actitudes porque Él enseñó todo lo contrario y se comportó de una manera totalmente de la que nosotros asumimos frente a otras personas.

Nada hay más alejado de Jesús que la prepotencia que se manifiesta en la superioridad con la que obramos para manifestar que por ser creyentes hemos logrado la Salvación.

Es hora de recapacitar sobre estas actitudes que nos alejan del Señor y nos alejan de sus promesas y de su mandato de llevar el Mensaje de Salvación con Amor y Misericordia.

Proverbios 11:2
Diego Acosta García

www.septimomilenio.com

Deja una respuesta