AGRADECER SIEMPRE…

AGRADECER SIEMPRE…

 

DEVOCIONAL 

Sería bueno y fundamental, podríamos decir, el enseñar a nuestros hijos, a nuestros menores, que la palabra de agradecimiento, debe estar en nuestra boca y en nuestros sentimientos…siempre.

Es la mejor manera de acercarnos al Dios Todopoderoso y a la vez retribuir aunque sea mínimamente las cosas maravillosas que hace en nuestras vidas. Aún aquellas que nos duelen o que no entendemos.

Como su propia Palabra nos revela, ÉL convierte lo malo en bueno y lo incomprensible en finalmente grato y venturoso. Que estos milagros sean conocidos por nuestros hijos, para  que ellos a su vez los enseñen a su descendencia.

Enseñar sobre las Bondades de nuestro Dios, es una de las grandes tareas que tenemos cada día, para que fructifique en otros el mismo Amor que despertó en nosotros y nos convirtió en Hijos solamente por su Gracia.

En esto pensaba luego de vivir una vez más, otra milagrosa muestra de su Amor y Cuidado, de una manera que supera todo lo comprensible y solo puede entenderse desde la perspectiva de la fe.

Seamos agradecidos al Padre, que nos envió a su Hijo Unigénito, para que nos diera la Salvación y la Bendita Esperanza de la Vida Eterna.

Colosenses 3:15
Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.
Diego Acosta /Neide Ferreira

agradecidos al senor

AGRADECIDOS AL SEÑOR

DEVOCIONAL

Son tantas las razones que tenemos para dar gracias al Señor y también para clamar por su Misericordia, que en demasiadas ocasiones solo nos ocupamos de nuestras necesidades.

Es necesario recapacitar sobre esta cuestión, porque es uno de los principales motivos del cíclico proceso de acercarnos-alejarnos a Dios.

Cuando solamente nos preocupamos por lo que consideramos urgente o imprescindible, nos olvidamos todas las razones que tenemos para agradecer la Gracia del Eterno sobre nuestra vida.

Nos convertimos en pedigüeños, extendiendo nuestras manos reclamando sin cesar, pero olvidando que también debemos ser agradecidos y demostrarlo.

El Todopoderoso no precisa de nuestro reconocimiento, pero sí precisa recibir las señales de nuestra confianza y por encima de todo de nuestra obediencia.

Pedir y pedir se convierte en una forma de vivir, alejada por completo de lo que debería ser un continuo agradecer al Padre, de todo lo que nos brinda, aún sin saber nosotros que lo necesitamos.

Salmo 32:10
Muchos dolores habrá para el impío;
mas al que espera en Jehová,
le rodea la misericordia.

Diego Acosta / Neide Ferreira