SE OLVIDÓ…!

Al poco tiempo de convertirme me ocurrió algo que me afectó profundamente. Seguramente por la falta de experiencia, presté mis oídos a las acusaciones de Satanás.

En circunstancias muy confusas y difíciles, pensé: Dios se olvidó de mí!

Esa idea no me abandonó durante muchos días, en los que a los problemas que tenía, agregué esta circunstancia de sentirme abandonado por el Eterno.

Por una cuestión de mi naturaleza, me resultó muy difícil hablar con alguien para comentarle lo que me estaba ocurriendo.

Pero en ese tiempo advertí que algo extraordinario estaba sucediendo. Se me acercó una persona de la congregación con la que prácticamente no tenía ninguna relación y me dijo: Dios tiene los ojos sobre ti!

Se lo agradecí, pero me costó trabajo entender que esa persona hubiera dicho algo que no tenía mucha lógica para ella, pero que sin embargo tenía mucho sentido para mí.

Trabajosamente el Espíritu obró en mi ánimo para que pudiera comprender que ese mensaje que había recibido era una rotunda respuesta a mi preocupación, de que el Eterno se había olvidado de mí.

Aprendí la lección?

Duramente!

No fue fácil para un nuevo seguidor de Jesús, captar la idea de que el Altísimo siempre está atento a lo que nos pueda ocurrir.

Desde esos días es que trato de ser fiel a todo lo que el Espíritu me manda. Aún cuando no lo comprenda ni lo comparta.

También desde que tengo conciencia de que el Eterno no se olvidó ni se olvidará de mí, trato de ayudar a quienes están viviendo la misma situación.

Jeremías 33:14

PT Eis que vêm dias, diz o Senhor,

        em que cumprirei a palavra boa que falei à casa de Israel e à casa de Judá.

ES – He aquí vienen días, dice Jehová,

         en que yo confirmaré la buena palabra que he hablado a la casa de Israel y a la

         casa de  Judá.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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COMPROMISO

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Cada vez que me encuentro en una situación extrema, clamo al Señor por su ayuda!

Siempre!

Lo hago con la seguridad que seré escuchado, que mi clamor será atendido y que tendré la respuesta esperada.

Esto significa total y plena confianza en el Señor!

Pero cuando la tormenta comienza a menguar, también ocurre lo mismo con mis oraciones. Ya no levanto un clamor sino que lo hago como cumpliendo con un requisito.

Cada vez menos busco el contacto con el Eterno!

Recordando esta situación que se repite una y otra vez, me detuve a reflexionar qué pensaría Dios de todo esto, de mis actitudes de clamor o de tibieza.

Y debo confesar que me sobrevino una enorme preocupación por esta forma de obrar. Y me hice una pregunta sobrecogedora: Qué ocurriría si el Soberano obrara del mismo modo que yo?

Es decir, si actuara exactamente al contrario de cómo yo obro. No habría clamores escuchados y sí, tiempos de sosiego bendecidos.

Esto evidentemente, no es otra cosa que falta de compromiso en mi condición de creyente, con el propio Creador.

Traerlo a la memoria cuando lo necesitamos y dejarlo en la tibieza cuando la vida pensamos que nos está sonriendo.

Alertado por el peligro que yo mismo he provocado, he decidido renovar mi Pacto, mi compromiso con el Altísimo!

En la paz y en la adversidad, SIEMPRE lo buscaré!

Con el temor y temblor que demanda su Majestad y con la confianza que inspira su Amor y su Misericordia!

Salmo 2:11

Servid a Jehová con temor,
Y alegraos con temblor.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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SEMBRAR VIENTOS…

vientos

Del Reino del Norte de Israel, surgió un solo profeta: Oseas, cuya vida estuvo marcada por una circunstancia que se reflejó en la historia del Pueblo de Dios.

Más de 700 años antes del nacimiento de Jesús, este hombre elegido por Dios para llevar su Palabra, se casó con una prostituta siguiendo el mandato recibido.

De esa relación surge una similitud entre Dios y los judíos, quienes se prostituyeron apartándose de Jehová, llevando su vida hacia un auténtico desastre.

Estas dramáticas circunstancias nos revelan como en la vida de los hombres nada es casual ni tampoco como a pesar de todo, el Amor del Eterno siempre se manifiesta, a pesar de la rebeldía y hasta de la prostitución.

Los reyes de Israel buscaron alianzas para ser fuertes, en lugar de confiar en la ayuda del Todopoderoso, cambiando a los hombres por el Santo.

No es esto lo que nos pasa a los humanos?

Con qué frecuencia buscamos ayuda en los hombres y no en Dios?

Esta decadencia espiritual es la que lleva a las peores iniquidades, entre ellas la idolatría y la falta de Confianza en el Único que es merecedor de ella.

Efraín simboliza la quiebra del Pacto establecido entre los hebreos y el Creador. Simboliza también la actitud que tenemos de no ser fieles en nuestras posturas frente al Eterno.

Cuando obramos de esta manera nos situamos en el lugar que tomó el Pueblo de Dios, al ser infiel, caer en la idolatría y en buscar alianzas impropias de quienes debemos confiar en el Altísimo. Por eso sembraron vientos…

Oseas 8:7

 Porque sembraron viento, y torbellino segarán;

no tendrán mies, ni su espiga hará harina;

y si la hiciere, extraños la comerán.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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