VIVA EL LUJO

VIVA EL LUJO

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La sorprendente ola de exaltación de todo lo que sea lujo, en cualquiera de sus posibilidades, no puede dejarnos indiferentes. No es normal destacar el ejercicio de ostentación, frente a la crudeza de la vida.

No es una apología oportunista de la modestia, sino aplicar el más elemental sentido de lo razonable para no caer en el vértigo de la frustración ante las cosas que cada día se ponen más fuera de nuestro alcance.

Pensemos cuánto nos esforzamos diariamente para lograr que nuestra familia pueda vivir con dignidad y pensemos cuánto nos puede llegar a afectar ver como el lujo se convierte en una norma de conducta para algunas personas.

No estamos en contra de la riqueza, simplemente decimos que su ostentación está fuera de lugar y lo único que provoca, es una reacción adversa en la sociedad. Quién se pueda permitir el lujo, que lo disfrute, con discreción y sin exhibicionismo.

Mientras tanto recordemos que Jesús vino a buscar a los necesitados, no a los poderosos.

Diego Acosta

carne val la fiesta pagana

CARNE-VAL LA FIESTA PAGANA

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Como cada año se celebra la fiesta pagana del Carne-val o carnaval, tan antigua como algunos deseos de los hombres, de supuestamente liberarse de su vida cotidiana.

Vano propósito porque en realidad es un buen camino para la frustración, con el alto costo de haber complacido a la parte más oscura y primitiva de nuestro ser.

La exaltación de los instintos más básicos del hombre, conspira contra el elevado ideal para el que fuimos Creados.

Lo material nunca debe prevalecer sobre lo espiritual porque nos va en ello no sólo la pobreza elemental en la que podemos sumergirnos, sino que nos alejamos del plano superior en el que debemos vivir.

Seamos sabios y consagremos este tiempo a las cuestiones más elevadas para las que fuimos llamados, que no es otra cosa que acercarnos a Jesús, el Hijo del Hombre.

alerta por inteligencia

ALERTA POR INTELIGENCIA

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Los últimos ganadores de los Premio Nobel de Física, lograron sus galardones, por su trabajo relacionado con la posibilidad de enseñar a pensar a las máquinas.

Esta inquietante posibilidad, les ha provocado una gran preocupación sobre el futuro de la inteligencia artificial, ante lo que ellos presentan como su posible descontrol.

Una vez más los hombres nos encontramos frente al dilema de crear algo que luego se nos puede descontrolar o que no tendremos el conocimiento como para controlarlo.

Un ejemplo de esta cuestión es la energía atómica, tan útil en múltiples servicios y tan siniestramente destructiva cuando se la aplica para la fabricación de armamento, por ejemplo.

Debemos ser sabios y ante el progreso de la inteligencia artificial, seamos cautos en sus aplicaciones y sobre todo, no avancemos más de aquello que determina el límite de nuestros conocimientos.

Diego Acosta