FLUIR
DEVOCIONAL
Hace muchos años cuando era un niño, viví una experiencia impresionante, tanto que todavía tengo en la memoria las imágenes y el sonido de lo ocurrido.
Luego del mediodía el cielo se cubrió y una tormenta amenazante primero y tremenda después, convulsionó al pequeño caserío serrano donde me encontraba.
Pocas horas después, un lugareño sugirió a mi familia que fuéramos hasta el río, para ver la llegada de la crecida que estaba anunciada por un creciente rumor.
Nos ubicamos en una de las riberas del escaso río serrano y frente a una curva. A los pocos minutos el pequeño curso se transformó en una oleada gigantesca que se abatió contra un murallón.
El río subió más de tres metros y arrastró todo a su paso. Este episodio quedó grabado en mis recuerdos, porque luego me sugirió la Obra poderosa del Espíritu Santo.
Puede ser leve como una brisa o avasallante como las aguas de un río serrano, que elimina a su paso todo lo que no es bueno, dejando solamente aquello que es lo mejor.
Dejemos que el Espíritu fluya y obre con su Poder!
Romanos 5:5
ES – Y la esperanza no averguenza;
porque el amor de Dios
ha sido derramado en nuestros corazones
por el Espíritu Santo que nos fue dado.
PT – E a esperança não traz confusão,
porquanto o amor de Deus
está derramado em nosso coração
pelo Espírito Santo que nos foi dado.
Diego Acosta / Neide Ferreira