DIOS Y BEETHOVEN…!

BLOG del TIEMPO

Al cumplirse 250 años del nacimiento de Ludwig von Beethoven, se comenta y se exalta su figura. El maestro Daniel Barenboim, recordó en un reportaje en el diario EL MUNDO de España, unos conceptos muy relevantes.

Dijo que el histórico fundador de la Filarmónica de Berlín, afirmó que según su opinión Bach representaba a la música lo que el Antiguo Testamento a la Biblia y que Beethoven era en ese contexto el Nuevo Testamento.

Sin poder hacer consideraciones técnicas o de conocimiento sobre estas cuestiones, sí podemos expresar lo que creemos con relación a estos genios insuperables de la música.

Tanto uno como otro representan lo que los dones y talentos que Dios concede, pueden obrar en la vida y en los hechos de las personas.

Si en el caso de Bach se reconoce su obra por servir de forma manifiesta a Dios, en el caso de Beethoven, se puede decir que sus obras reflejan la Grandeza del Creador.

En un significativo aniversario de su natalicio, mientras los hombres honramos al genio nacido en Bonn, es bueno recordar que su obra testimonia la naturaleza inabarcable de quién le concedió el talento como para poder afirmar que cambió la historia de la música en su más elevada expresión.

Diego Acosta

 

 

LA BIBLIA – Romanos 12:1-8

Pablo nos exhorta a cuidar nuestros cuerpos, transformar nuestro entendimiento y a servir con nuestros dones.

1Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.

Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función,

así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.

De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;

o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza;

el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.

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