EL AFÁN DEL CORAZÓN
EL ABUELO SALOMÓN
Día tras día, luchas tras luchas, nos debatimos en la búsqueda de concretar los logros que se alimentan en los deseos más íntimos del corazón.
Y con el paso de los días y las heridas de las luchas, comenzamos a advertir que todo lo que ansiamos, quizás sea demasiado para nuestras fuerzas.
Entonces nos damos cuenta que los fracasos y los engaños provienen principalmente de nuestro interior, desde las fantasías de nuestro corazón que ansía cosas que son demasiados grandes para nuestra capacidad.
Y cuando llega ese día en el que comprendemos que todas nuestras luchas y nuestros afanes, al final son tan irrealizables como frustrantes por inalcanzables, pensamos todo de nuevo.
Y esos pensamientos nos guiarán hacia verdades que nos negamos una y otra vez, porque no aceptamos que haya nada superior a nosotros mismos.
Y aunque nos duela y nos rebelemos contra esta verdad, nada podremos hacer por cambiarla, pero sí podemos hacer todo por aceptarla.