EL AFÁN DEL CORAZÓN

EL ABUELO SALOMÓN

Día tras día, luchas tras luchas, nos debatimos en la búsqueda de concretar los logros que se alimentan en los deseos más íntimos del corazón.

Y con el paso de los días y las heridas de las luchas, comenzamos a advertir que todo lo que ansiamos, quizás sea demasiado para nuestras fuerzas.

Entonces nos damos cuenta que los fracasos y los engaños provienen principalmente de nuestro interior, desde las fantasías de nuestro corazón que ansía cosas que son demasiados grandes para nuestra capacidad.

Y cuando llega ese día en el que comprendemos que todas nuestras luchas y nuestros afanes, al final son tan irrealizables como frustrantes por inalcanzables, pensamos todo de nuevo.

Y esos pensamientos nos guiarán hacia verdades que nos negamos una y otra vez, porque no aceptamos que haya nada superior a nosotros mismos.

Y aunque nos duela y nos rebelemos contra esta verdad, nada podremos hacer por cambiarla, pero sí podemos hacer todo por aceptarla.

DISFRUTAR DE LA VIDA

ANTIVIRUS

Leyendo un comentario relacionado con un producto de un lujo desorbitado, un personaje vinculado con ese mundo, declaró que a raíz de la peste muchas personas se han dado cuenta que pueden morir en cualquier momento y por eso ha llegado el momento de disfrutar de la vida.

Y con esa frase justificaba la impresionante ostentación de lujo que mostraba, llegando al absurdo de explicar que esa exhibición era una forma de disfrutar de la vida.

Pregunto: Y los que no tenemos esos lujos podemos disfrutar de la vida?

La respuesta seguramente no la debemos esperar de quién vive de los lujos ajenos, pero sí la podemos encontrar en nuestra vida sabiendo lo que tenemos en el corazón.

Si en el corazón solo tenemos afanes y angustias por logros mundanos no alcanzados, la conclusión será que no podemos disfrutar de la vida.

Pero sí tenemos la aceptación de que somos y tenemos lo que Dios quiere para nosotros, entonces sí podremos disfrutar de la vida, a pesar de los pesares.

Y los lujos nos parecerán superfluos y quienes hacen ostentación de ellos solo deberían clamar por Misericordia.

Diego Acosta

NI ANTES NI DESPUÉS

DEVOCIONAL

Un presidente de Sud América dijo en una oportunidad, que nadie se moría el día antes.

La frase causó estupor y provocó gran impacto, pero tal vez sin saberlo o de haber tenido la intención de hacerlo, había expresado una Verdad absoluta.

Los tiempos de Dios son absolutamente perfectos y por tanto, todo ocurre en el momento preciso y esta realidad es la que nos debe guiar en nuestra existencia.

Por muchos y grandes que sean nuestros afanes, todo llegará en el momento perfecto y tan importante como eso, en el mejor momento para nuestra vida.

Sabiendo esto y en lo personal, cada uno debe aprender a controlar los ataques de ansiedad, de prisas, que con tanta maldad inspira el diablo para perturbarnos y para alejarnos del Eterno.

Soy plenamente consciente de que esta lección, es la que debe inspirar mi relación con el Todopoderoso, para que mi obediencia sea tan real como sus decisiones.

Mateo 6:34
Así que, no os afanéis por el día de mañana,
porque el día de mañana traerá su afán.
Basta a cada día su propio mal.

Mateus 6:34
Não vos inquieteis, pois, pelo dia de amanhã,
orque o dia de amanhã cuidará de si mesmo.
Basta a cada dia o seu mal.

 Diego Acosta / Neide Ferreira