CONGREGACIÓN
del SÉPTIMO MILENIO
Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. Mateo 7:14
Dice la palabra: y pocos son los que la hayan; somos advertidos de una realidad y es que la salvación no es algo que todos pueden alcanzar, también dice la palabra: porque muchos son los llamados y pocos los escogidos Mateo 22:14
¿Te imaginas ir a uno de esos lugares de los que ahora vemos imágenes? lugares a los que para llegar a la cima tienes que recorrer un camino de laderas escarpadas, de alturas y estrecheces por las que algunas veces es casi imposible que pase una persona ¿ Te lo imaginas?
Pues ahora imagina que tienes que ir por ese camino con alguien que todo el rato está enfadado, que te adelanta, que después se atrasa, o con una persona que te pide constantemente ayuda para llevar sus cosas, pues no quiere renunciar a llevar tanta carga, o que quiere parar en el camino y quedarse a hacer noche en un lugar no adecuado para ello, o sea a la dificultad del camino, y a la necesidad de que te centres en ir dando cada paso con seguridad para no resbalarte y caer, añade la dificultad de tener que ir atendiendo a alguien que busca que le prestes atención y que va añadiendo carga a tu mochila ¿ Crees que sería fácil caminar? ¿ No crees que te dificultaría mucho más la llegada a la cima?.
Pues eso mismo ocurre en el camino a la salvación, cuándo caminas con alguien que siempre se queja, maldice, miente, se empeña en cargarte con su mochila llena de rencores, remordimientos, tristezas, o quiere hacer aquello que tú sabes no debes hacer el camino se hace mucho más difícil.
En este camino estrecho hay momentos en los que solo puedes pasar tu solo y con una carga muy ligera y tristemente tendrás que ver como muchos se caen por las laderas y otros se van quedando en los refugios del camino y renuncian a seguir caminando; muchos no llegarán al gran refugio en la cima.
Valora todo lo que dice la palabra de Dios, es verdad que hay momentos en los que tendremos que cargar con un herido, y otros en los que tendremos que rescatarle de una caída, incluso que tendremos que ayudarle a levantarse. Pero nunca podremos cargar con su exceso de equipaje, no podemos pararnos, no podremos apartar la mirada de la cima
Que el Señor nos ayude a encontrar caminantes que también puedan ayudarnos a nosotros, porque todos estamos necesitados de una mano a la que agarrarnos, y que el Señor nos ayude a ser ayudas idóneas y no cargas opresoras o acompañantes incómodos.
Pero no olvides que por esa Puerta, por ese Camino, no entrarán ni caminarán multitudes, y con tristeza veremos salir del camino a seres queridos a personas muy amadas.
Tú decides con quién y cómo quieres hacer el camino, pero recuerda que de esa decisión depende que tú llegues a la Cima.
Lourdes Diaz
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