DEVOCIONAL
Mi relación con Dios, puede asemejarse en la práctica, con lo que me ocurría con los viajes.
En un tiempo, eran lentos y podía apreciar todo lo que estaba a mi alrededor. En los actuales, son muy rápidos y alcanzo a distinguir muy poco lo que está ante mí.
Esta manera de obrar bien la puedo llamar ligereza, porque se trata de hacer todo rápido, pero sin tener muchas razones.
Lo cierto, es que cuando hago algún viaje con menos prisa, disfruto y también puedo pensar y valorar sobre lo que veo.
Con el Eterno me sucede lo mismo. Obro con ligereza y me pierdo todo aquello de profundo que tiene el conocimiento sobre su Grandeza.
Esta sencilla reflexión me ha cambiado la forma de obrar. He decidido abandonar la ligereza y acercarme a los tiempos en que viajaba con lentitud admirando todo.
Solamente así podré postrarme ante la Majestad infinita del Altísimo.
Judas 1:25
ES – Al único y sabio Dios, nuestro Salvador,
sea gloria y majestad,
imperio y potencia,
ahora y por todos los siglos. Amén.
PT – Ao único Deus, Salvador nosso, por Jesus Cristo,
nosso Senhor,
seja glória e majestade, domínio e poder,
antes de todos os séculos,
agora e para todo o sempre. Amém!
Diego Acosta / Neide Ferreira
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