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CREER o no CREER…

DEVOCIONAL 

Con gran desconcierto un amigo comentaba como su esposa que había sido sanada en Nombre de Jesús, había vuelto a recaer y además se encontraba peor que antes.

¿Qué había pasado?
No tenía poder la Sanidad en el Santo Nombre?
Por qué esa mujer había recaído con tanta dureza?

Estas preguntas  me hicieron reflexionar profundamente, porque afectaban incluso mi propia confianza en el Hijo de Dios. Pero el Espíritu siempre nos ayuda cuando lo invocamos para resolver situaciones tan complejas.

O para aclarar qué había pasado con esta mujer que fue sanada y de pronto volvieron sus dolores, peores,  porque no solo su cuerpo era el sufriente sino también su espíritu porque las dudas también la estaban atormentando.

Lo ocurrido era tan simple como que la mujer había dudado de la Sanidad que había recibido milagrosamente, pensando sobre si le volverían los atroces dolores que la hacían padecer.

En el fondo se trata de algo tan simple y tan definitivo, como creer o no creer. Si tenemos confianza en el Poder de Jesús para sanarnos o si pensamos que puede ser eficaz en un determinado momento y que luego todo volverá a lo de antes.

Cada uno debe responder a la gran cuestión: creo o no creo…

Marcos 9:23
Diego Acosta / Neide Ferreira

EN MI NOMBRE 1

EN MI NOMBRE – VII

 

El mayor obstáculo para la Sanidad que proviene del Poder de Dios, es la incredulidad de quienes precisan ser sanados.

Ese es el mayor impedimento para que le Gracia llegue hasta el cuerpo necesitado, tal y como Jesús lo proclamó como mandato.

Resulta sorprendente que sea ese y no otro el mayor argumento en contra de la Sanidad!

Todos sabemos que hay personas que son curadas!

Pero no siempre creemos que también nosotros podremos ser curados, ignorando que es la Voluntad de Dios que seamos sanos.

De allí que obramos sin esa osadía que se origina en la Confianza, cuando oramos al Eterno pidiendo que nos sane de nuestras dolencias.

Podríamos ejemplificar esta cuestión con un testamento. Para saber su contenido debemos leerlo y no permanecer en la incertidumbre.

Ese es el tema: Desafiar la Voluntad de Dios para que la sanidad vuelva a nuestro cuerpo, en forma de cura milagrosa.

Si no lo hacemos, estaremos siempre con la incertidumbre de pensar si en el testamento que no hemos leído, hay algo para nosotros!

Diego Acosta

www.septimomilenio.com