LOS TIBIOS

El mundo influye a favor de los híbridos,
y en las congregaciones
hay una tendencia hacia la tibieza,

que es contraria a lo enseñado por Jesús
y que como en el caso de la iglesia de Laodicea,
pueden ser vomitados de la boca del Señor.
Diego Acosta – MENSAJE
CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO

ADVERTENCIA DE LAODICEA

Hace alrededor de 1800 años Jesús
afirmó que los tibios serán vomitados de su boca
porque son hipócritas al seguirlo
y no le son fieles en su corazón.
Fríos o calientes pero nunca tibios.
DIego Acosta – MENSAJE

 

ÁRBITRO

En las ocasiones en la que se analizan y también discuten cuestiones doctrinales, es muy difícil llegar a conclusiones que aclararen las situaciones.

Lo más grave, es que como resultado primero de los cambios de ideas, surgen diferencias que se trasladan a lo personal.

Más de una vez he pensado que en las discusiones, siempre se olvida lo fundamental: Tenemos un Árbitro, que es quién tiene la Autoridad para definir cualquier controversia.

Ese Árbitro no es otro que Jesús, pues ÉL representa el fundamento de nuestra fe y la manera eficaz de ponerla en acción.

Olvidar esta realidad, nos puede hacer perder la perspectiva de lo que es Verdad a lo que es pensamiento de humanos.

Solo el Hijo del Hombre es la Verdad y la Luz!

Seamos sensatos y decidamos por el Camino verdadero!

Apocalipsis 3:14

Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios.

Apocalipse 3:14

E ao anjo da igreja que está em Laodiceia escreve: Isto diz o Amém, a testemunha fiel e verdadeira, o princípio da criação de Deus.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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JESÚS Y SU IGLESIA

Blog del…TIEMPO!

A propósito de la decisión del Sínodo de las iglesias luteranas de Noruega, de autorizar los casamientos entre parejas del mismo sexo, creemos que es fundamental recordar los mensajes que JESÚS envió a SUS IGLESIAS. Recordemos el Libro de Apocalipsis.

A Efeso, Apocalipsis 2:2-7

2 Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;

y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.

Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.

Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.

Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.

A Esmirna, Apocalipsis 2:8-11

El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió, dice esto:

Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás.

10 No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.

11 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.

A Pérgamo, Apocalipsis 2:13-17

13 Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás.

14 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación.

15 Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco.

16 Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.

17 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.

A Tiatira, Apocalipsis 2:19-28

19 Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras.

20 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos.

21 Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación.

22 He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella.

23 Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras.

24 Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás, yo os digo: No os impondré otra carga;

25 pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga.

26 Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,

27 y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre;

28 y le daré la estrella de la mañana.

A Sardis, Apocalipsis  3:1-6

Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.

Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios.

Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.

Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas.

El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

A Filadelfia, 3:7-13

Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.

Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios.

Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.

Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas.

El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

A Laodicea, Apocalipsis 3:14-22

He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto:

15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. !!Ojalá fueses frío o caliente!

16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.

17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.

18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la verg:uenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.

19 Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.

20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

21 Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.

22 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

Repito y me repito lo que dijo JESÚS: El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias.

Diego Acosta

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