EL PELIGROSO ENGAÑO

DEVOCIONAL 

Jesús nos advirtió a propósito del final de los tiempos, que no nos dejemos engañar. Y si ponemos por pasiva la frase, no nos engañemos a nosotros mismos.

El riesgo de caer en estas sutiles tentaciones del mundo, se produce a partir del momento en que aceptamos los halagos que nos sorprenden, que nos agradan.

Por eso siempre recuerdo la amonestación que me hizo una predicadora, cuando elogié su mensaje: Si realmente me respetas, nunca más vuelvas a halagarme.

Confieso que me causó sorpresa esta reacción que consideré desmesurada y también poco amistosa. Pero los años me enseñaron cuánta razón tenía quién aparentemente había sido excesivamente severa.

Aprendí que una de las formas más perversas del engaño, es el elogio, aunque sea merecido. Porque afecta directamente a nuestro corazón que se envanece porque lo considera como una distinción.

Si Jesús me mandó que tuviera cuidado con esta cuestión, sería un necio si no le obedeciera.

HABLEMOS: SI o NO

SI, SI. NO, NO.

El Hijo del Hombre formula otra categórica definición relacionada con nuestra conducta.

MATEO 5:37 Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede. En algunas versiones o traducciones se introduce sustituyendo al párrafo completo el término: al diablo pertenece.

Jesús no deja ninguna duda con relación a nuestros comportamientos: no existe otra posibilidad de expresarnos que no sea inequívocamente si o no.

Lo que hagamos en contrario no está de acuerdo con esta afirmación y por tanto pertenece efectivamente al enemigo de nuestra fe, a Satanás.

En el Antiguo Testamento hay varias referencias a esta cuestión. En el Salmo 34:13 podemos leer: Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño.

 En el Libro de Proverbios, hay dos advertencias. Una en 13:3 El que guarda su boca guarda su alma; Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.

Y ampliando el concepto encontramos en 21:23 El que guarda su boca y su lengua, su alma guarda de angustias.

Si guardamos nuestra boca guardaremos nuestra alma y la libraremos de pesares. Queda manifiestamente claro la importancia de la forma en que nos expresemos.

En el Nuevo Testamento Santiago en 3:6 se refiere en duros términos a este asunto: Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.

 Nos advierte con relación a nuestra lengua que está en nuestro cuerpo para contaminarlo, porque tiene maldad y es un fuego que inflama inspirada por Satanás, a toda la Creación.

Diego Acosta

ADVERTENCIA DE LAODICEA

Hace alrededor de 1800 años Jesús
afirmó que los tibios serán vomitados de su boca
porque son hipócritas al seguirlo
y no le son fieles en su corazón.
Fríos o calientes pero nunca tibios.
DIego Acosta – MENSAJE