ORACIÓN – Por Israel

Oremos por Israel en este tiempo de tan difíciles circunstancias!

Oremos para que el Eterno conceda Sabiduría de lo Alto a sus gobernantes!

Oremos para que el Pueblo de Dios recuerde que debe ser bendición para todas las naciones!

Oremos para que la paz deje de ser solamente una palabra y sea una realidad!

Oremos por Jerusalén para que siga siendo la Ciudad Santa!

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CALLADOS

Hay personas que muestran su sabiduría hablando. Otras, lo hacen callando.

Son igual de sabias?

Probablemente sí, pero si nos atenemos a las enseñanzas bíblicas, tal vez podamos estar más cerca de la Verdad si aprendemos a guardar nuestra boca.

Hay personas que hablan para no estar calladas y en consecuencia son imprevisibles en cuanto a lo que puedan llegar a decir.

Por lo tanto darle valor a lo que el Espíritu Santo nos manda hablar o callar, resulta fundamental para una vida en obediencia y con buenos frutos.

Debemos recordar que la promesa del Espíritu es poner las palabras que debamos hablar en nuestra boca. Pero no siempre lo hace y entonces hablamos a pesar de no haber recibido lo Sabiduría de lo Alto.

En esto consiste el valor del silencio!

Ser sabios con la Sabiduría que nos da el Eterno, para hablar lo que debemos y también para callar lo que es necesario.

No se trata de ocultar nada. Se trata de hablar lo que debemos hablar que no es otra cosa que lo que el Espíritu nos manda.

Diego Acosta

Lucas 12:11-12

ES – Cuando os trajeren a las sinagogas, y ante los magistrados y las    autoridades, no os preocupéis por cómo o qué habréis de responder, o qué habréis de decir;

porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis decir.

PT E, quando vos conduzirem às sinagogas, aos magistrados e potestades, não estejais solícitos de como ou do que haveis de responder, nem do que haveis de dizer.

Porque na mesma hora vos ensinará o Espírito Santo o que vos convenha falar.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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DE PEQUEÑO A GRANDE

CONGREGACIÓN

SÉPTIMO MILENIO

Cuántas veces hablamos de Dios a partir de nuestra humana pequeñez?

Muchas, Demasiadas!

Así es como nos permitimos juzgar a nuestros propios hechos, entendiendo la mayoría de las veces que tienen poco relieve, que son insignificantes.

Si hablamos y pensamos sobre quienes nos rodean, los juicios pueden ser más severos todavía, porque el factor humano se potencia y la condescendencia que podamos tener con nosotros mismos, se torna en rigurosa con los demás.

Esto forma parte de nuestra naturaleza y solamente buscando la Sabiduría de lo Alto, podremos entender la magnitud de nuestro error, la gravedad de lo que hacemos.

Y es grave sencillamente porque omitimos que todo lo que ocurre o que nos ocurre forma parte del Grandioso Plan de Dios.

Partiendo de nosotros mismos, que fuimos Creados a Su imagen y semejanza, por lo que nos convertimos en joyas únicas de la Creación.

Para decirlo con otras palabras, cada uno de nosotros es una pieza esencial en el Plan de Dios y por tanto todo lo que hacemos forma parte de un Plan que es perfecto porque quién lo diseñó es Perfecto.

Recuperando esta Verdad, debemos obrar de una forma diferente, sin abandonarnos a la dudosa mediocridad que pensamos que somos.

Tampoco sin caer en la vanidosa idea de entender que somos superiores a los demás, por nuestros talentos o por nuestros logros.

Todo lo que somos y todo lo que hacemos, está bajo el control y la Autoridad del Eterno, por lo que debemos de tener la actitud de agradecer todo siempre, en cada circunstancia y momento.

Si alguna vez nos consideramos pequeños, estamos empequeñeciendo al propio Dios y si alguna vez nos consideramos superiores, estamos en rebeldía contra la Grandiosidad de quién nos ha Creado.

Por eso cuando leemos en Isaías el mensaje de Jehová a Israel, que haría de un pueblo pequeño una gran nación, así debemos de entender que está haciendo Dios con nuestra vida.

No importa cómo nos consideremos ni tampoco tiene validez lo que los demás piensen de nosotros. Lo único que tiene valor es lo que el Todopoderoso tiene en consideración de nosotros.

Sabiendo esta Verdad podremos ser verdaderamente felices!

Diego Acosta

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LO SUPERIOR…!

Con mucha facilidad somos capaces de hablar del Poder de Dios!

Muchas veces lo imaginamos complaciendo nuestros deseos y otras, nos sorprende cuando verdaderamente obra sobre nuestra vida.

No nos conformemos con saber que ÉL ha obrado!

Busquemos Sabiduría de lo Alto, para tener la capacidad de interpretar lo que nos ha revelado.

De nada valen interpretaciones bien intencionadas o que se acomoden a nuestros propósitos. Lo único que debemos de buscar es su Decisión.

No importa si coincide con nuestros anhelos o si lo hace en un sentido diferente. Tenemos que saber que SIEMPRE SERÁ LO MEJOR para nuestra vida!

Romanos 12:2

ES  No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

PT – E não vos conformeis com este mundo, mas transformai-vos pela renovação do vosso entendimento, para que experimenteis qual seja a boa, agradável e perfeita vontade de Deus.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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LA QUEJA

Por definición la queja es una expresión de dolor, de resentimiento o de desazón.

Constituye un hecho nuevo la actitud de quejarse?

No, posiblemente sea tan antigua como el hombre, que siempre encontró motivos suficientes como para elevar su voz.

Incluso los hombres nos hemos quejado de Dios y ante Dios!

Pensemos en la QUEJA. Generalmente demuestra un inconformismo que no tiene nada que ver con la realidad.

Una actitud que bajo la forma de un cierto dolor, en el fondo no alcanza a ocultar una actitud de rebeldía.

Pensemos: Como cambiaría nuestra vida si en lugar de quejarnos, admitiéramos nuestra parte en lo que nos ocurre, dejando que sea el Eterno quién nos auxilie.

La queja contamina y es contaminante. Destruye y es destructiva!

Antes de quejarnos, oremos clamando por la Sabiduría que viene de lo Alto!

Sellemos nuestros labios y nuestro corazón a la queja. Elevemos nuestra mirada y busquemos al Padre y a su Amor!

Eclesiastes 3:17

Eu disse no meu coração: Deus julgará o justo e o ímpio;

 porque há um tempo para todo intento e para toda obra.

Eclesiastés 3:17

Y dije yo en mi corazón: Al justo y al impío juzgará Dios;

porque allí hay un tiempo para todo lo que se quiere y para todo lo que

se hace.

Diego Acosta / Neide Ferreira

SIN RESPUESTA

Más de una vez me he quejado amargamente porque Dios no respondía a mis preguntas!

Más de una vez!

Pero lo único que quedó en evidencia es la torpeza y la necedad por reclamar, a quién no le debemos hacer y por cosas que menos aún debemos reclamar.

Pero en medio de la ofuscación leí una frase contundente, que fue la primera respuesta que el Eterno me dio: Con una Biblia cerrada no esperemos sus respuestas…

Entonces reparé cuánto hacía que no dedicaba tiempo y sobre todo atención a la Sabiduría que nace como un manantial de aguas vivas del Texto Sagrado.

Con profundo arrepentimiento pedí perdón por tanta tontería y simpleza, por haber comparado el mundo de los hombres y los comportamientos de los hombres, con el del Soberano sobre todas las cosas.

Y aprendí: Dios nos habla, nos responde, nos amonesta, nos enseña, siempre y cuando que tengamos la Biblia abierta, escudriñando sus Palabras.

De haber comprendido esto antes me hubiera evitado  disgustos y hasta problemas, porque todo depende de mi actitud, no de los hechos del Poderoso de Israel.

Con cuanta frecuencia cometo y creo que la mayoría de nosotros cometemos, el error de pensar que Dios se ha alejado de nosotros, cuando es exactamente lo contrario.

Además caemos en el tremendo acto irrespetuoso a Su Majestad, de reclamarle cosas que hacen a Su Voluntad y por lo tanto exceden a la de nuestra humana condición.

Fue así que comprendí que la Sabiduría no viene por los años, sino por la Revelación que viene de lo Alto.

Y desde entonces tengo la Biblia siempre abierta…!

Salmo 34:11

PT – Vinde, meninos, ouvi-me;

        eu vos ensinarei o temor do Senhor.

ES – Venid, hijos, oídme;

        el temor de Jehová os enseñaré.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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