Aprender a vivir

DEVOCIONAL

Es notable como siempre hay algo que provoca que hagamos una especie de pausa, para mirar y para mirarnos a nosotros mismos.

Es el tiempo que Dios utiliza para mostrarnos todo aquello que está bien y sobre todo, lo que está mal ante sus ojos. Es por tanto un tiempo maravilloso para que observemos sin apasionamiento nuestra vida.

La pasada porque es parte de nuestra carga y es la que debemos ir dejando atrás para no arrastrar tanto peso y que nos impide caminar ligeros de equipaje.

La que forma parte del presente, para quitarle los restos de aquello que no nos deja crecer y que nos tira hacia abajo, como si fuera un espiral maligno.

Por tanto nos queda lo mejor por aprender: Lo que vendrá!

Aquello que forma parte de los Propósitos del Eterno para mi vida, que aunque ignoro cuáles serán sí tengo la certeza que serán lo mejor, porque en su infinita Misericordia, siempre tiene mucho más sobre lo que yo considero bueno.

Por eso debo aprender a vivir confiadamente, ignorando las circunstancias, dejando atrás el pasado e impidiendo que la memoria humana se interponga con lo sobrenatural.

Romanos 8:28
ES
– Y sabemos que a los que aman a Dios,
todas las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

PT – E sabemos que todas as coisas
contribuem juntamente para o bem daqueles que amam a Deus,
daqueles que são chamados por seu decreto.

 Diego Acosta / Neide Ferreira

Un lápiz de Fe

 

DEVOCIONAL

Aunque parezca anticuado, todavía sigo usando los lápices de toda la vida, esos que para poder seguir escribiendo o dibujando, es necesario sacarles la punta de grafito que tienen.​

Y en eso he centrado mi atención. Como el orgulloso lápiz nuevo, va menguando a medida que deja sus trazos impulsado por mi mano..​

Cada vez que es necesario sacarle la punta, el lápiz va perdiendo su aspecto, va disminuyendo de forma inexorable, porque de lo contrario no serviría para cumplir las funciones para las que ha sido creado.​

Tal vez los humanos, tengamos un cierto parecido con los lápices de siempre, porque para que cumplamos nuestro ciclo vital, tenemos que ir menguando, día tras día.​

La diferencia que pueda existir, es que en vez de ser un lápiz físico, fuéramos un lápiz espiritual. Seríamos utilizados como instrumentos por el Dios Todopoderoso e iríamos menguando a la vez que nuestras pequeñas obras se convierten en obs de fe.​

Santiago 2:14
Hermanos míos,
¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras?
¿Podrá la fe salvarle?

Tiago 2:14
Meus irmãos,
que aproveita se alguém disser que tem fé e não tiver as obras?
Porventura, a fé pode salvá-lo?

Diego Acosta / Neide Ferreira