Cada tanto tiempo se hacen notorios nuevos desafíos al Dios Todopoderoso. Uno que es repetitivo, es el relacionado con el llamado: Nombre Neutro, que es la actitud de algunos padres de usar formas de llamar a sus hijos sin relación con el sexo con el que hayan nacido.
Este absurdo provoca sorpresa y llama la atención y como toda cosa que despierte la curiosidad comienza a recibir adhesiones, que hablan muy mal del criterio de padres que desafían la Obra Creadora de Dios.
El punto de partida de la teoría de la libertad de elección del sexo por un niño o una niña, lo daría el nombre recibido, que ignorando su sexo de nacimiento, lo trata como si se tratara de un objeto que no tiene definición.
Penosa situación que finalmente afectará gravemente a los propios hijos, porque otros niños le harán ver la realidad que su nombre neutro, no tiene nada que ver con lo que ellos ven: Un chico o una chica…
Con gran desconcierto un amigo comentaba como su esposa que había sido sanada en Nombre de Jesús, había vuelto a recaer y además se encontraba peor que antes.
¿Qué había pasado? No tenía poder la Sanidad en el Santo Nombre? Por qué esa mujer había recaído con tanta dureza?
Estas preguntas me hicieron reflexionar profundamente, porque afectaban incluso mi propia confianza en el Hijo de Dios. Pero el Espíritu siempre nos ayuda cuando lo invocamos para resolver situaciones tan complejas.
O para aclarar qué había pasado con esta mujer que fue sanada y de pronto volvieron sus dolores, peores, porque no solo su cuerpo era el sufriente sino también su espíritu porque las dudas también la estaban atormentando.
Lo ocurrido era tan simple como que la mujer había dudado de la Sanidad que había recibido milagrosamente, pensando sobre si le volverían los atroces dolores que la hacían padecer.
En el fondo se trata de algo tan simple y tan definitivo, como creer o no creer. Si tenemos confianza en el Poder de Jesús para sanarnos o si pensamos que puede ser eficaz en un determinado momento y que luego todo volverá a lo de antes.
Cada uno debe responder a la gran cuestión: creo o no creo…
Cuando Dios Creó la primera mujer la llevó hasta Adán,
en la que fue la primera boda de la historia. Hombre y Mujer, forman el Matrimonio de Dios. Diego Acosta – MENSAJE
Conmemoramos el día del Trabajo exaltando su importancia en la vida de los hombres, poniendo de manifiesto la problemática que encierran las labores que nos permiten ganar el sustento.
Se destaca también el derecho de tener un trabajo digno y bien remunerado, según lo especifica la Palabra de Dios, cuando habla del salario justo para quién trabaja y la obligación de cumplir con los deberes laborales y el de recompensarlos.
Esta preocupación puesta de manifiesto por la Biblia, debe llevarnos a tomar plena conciencia de la responsabilidad que tenemos con el trabajo, tanto para desempeñarlo con fidelidad, así como la necesidad de recompensarlo en la misma medida.
Recordamos a propósito de lo que conmemoramos este día, lo que Dios le dijo a Adán tras su pecado de rebeldía: Con el sudor de tu rostro comerás el pan….
Desde ese momento el trabajo es una obligación. Seamos sabios en el cumplimiento de lo que conlleva….
Si tuviéramos que optar, siempre preferiríamos ser un árbol robusto y frondoso que un modesto junco, por ejemplo. Todos deseamos ser más y no ser menos, aunque de elementos de la naturaleza se trate.
Rara vez pensaríamos que un árbol pierde sus hojas, se puede ver abatido por la fuerza de un viento huracanado o también diezmado por las necesidades de los hombres, que lo cortarían de raíz para utilizar su tronco.
En cambio el junco en su modestia, sí que es capaz de enfrentarse a los vientos por furiosos que sean o también podrían soportar el aumento de las aguas que hasta lo pueden sumergir.
Esto demostraría que muchas de nuestras decisiones están fundadas en lo aparatoso o lo llamativo, y casi nunca en verdaderas razones. Podríamos creer que obrar de esta manera es propio de nuestra especie, que está por encima de todas las Creadas.
Las falsas creencias nos llevan a cometer errores que luego lamentaremos, porque no todos podemos ser árboles ni todos podemos ser juncos. Es Dios quién toma las decisiones.
No nos dejemos engañar por nuestros sentidos y estemos alertas a lo que se haya dispuesto para nuestra vida. No anhelemos ser más ni temamos ser menos. Anhelemos Su Decisión.
Se cumplen 80 años de las horas que consumieron las avanzadillas del ejército soviético, para liberar los campos de concentración que el nazismo había levantado en territorio polaco controlado por sus fuerzas.
Quienes fueron testigos directos del horror que quedó en evidencia superó la capacidad de asombro de los soldados y sus superiores, que no podían entender cómo unos hombres habían llevado a otros hombres a esos límites inhumanos.
Aún así hay quienes desde amplios sectores de la izquierda y otros de la derecha, se niegan a aceptar la existencia del Holocausto del pueblo judío. Y por supuesto desde el mundo islámico la negativa a aceptar la existencia de este terrible episodio de la historia, alcanza niveles proporcionales a la propia tragedia.
Serenamente asumamos como parte de la sociedad global la existencia del Holocausto, como el testimonio más elocuente de lo que puede llegar a ocurrir cuando se rompen todos los límites establecidos para los miembros de la especie.
Y este pensamiento no solo concierne al pueblo judío, sino a todos quienes nos llamamos seres pensantes.
Fue uno de los grandes hombres del pasado, incluso hubo algunas referencias a que en realidad era un dios. Nació 356 a.C en Macedonia un pequeño reino que se desarrolló en el noroeste de la península griega.
Su padre el rey Filipo II expandió los límites del pequeño reino que contaba con pocos habitantes, pero fue el conquistador de la ciudad-estado de Atenas, tomando control de las minas de oro del monte Pangeo.
Filipo educó con rigor a su hijo que tuvo el privilegio de tener como uno de sus maestros a uno de los grandes pensadores de Grecia, Aristóteles, que fuera discípulo al que se considera que es el mayor intelecto de la historia, a Platón.
A sus conocimientos Alejandro sumó una notable capacidad militar que lo convirtió en uno de los grandes estrategas de la historia. Cuando tenía 20 años su padre, el rey Filipo, fue asesinado, convirtiéndose entonces en su sucesor.
Las ciudades-estado griegas lo consagraron como su defensor frente a los persas, a quienes derrotó en las proximidades de la célebre ciudad de Troya, en la actual Turquía. A los 23 años se enfrentó e hizo huir al rey Darío III de Persia.
Se casó con la hija del rey derrotado, cruzó la que sería la provincia de Palestina y ya en Egipto fundó la ciudad de Alejandría donde fueron erigidas dos obras emblemáticas: El Faro y la Biblioteca, que llegó a ser una de las grandes referencias de la época, hasta su destrucción por los romanos.
En el año 331 aC. logró conquistar el reino de Cirenaica, también conocido como Cartago. Su afán de conquistas lo llevó a dominar parte de la actual India, con lo que su reinado tenía una enorme extensión territorial.
A su regreso a Macedonia, enfrentó la enfermedad que le causaría la muerte, cuando solo tenía 33 años. Su vida desde que fue proclamado rey de Macedonia, fue tan notable que le valió el reconocimiento de su época y también de las eras posteriores.
Su capacidad intelectual lo llevó a desarrollar el movimiento que se conoce como helenismo, que no sólo absorbió la grandeza de los grandes pensadores griegos, sino que incorporó aspectos de la cultura de Asia Menor y de Egipto.
Alejandro Magno con todos sus claroscuros, es uno de los notables hombres nacidos en el esplendor de Grecia, que impregnó a Occidente, hasta nuestros días.
Conmemoramos la Gloriosa Resurrección del Cristo, el Hijo de Dios hecho Hombre
que es la prueba definitiva del Infinito Amor de Dios por la humanidad.
Diego Acosta – MENSAJE