EL DOMINIO DE LA IRA

EL ABUELO SALOMÓN

Tenía un amigo que constantemente demostraba su falta de control y era un iracundo declarado. Era muy difícil estar un tiempo con él y solo por el afecto era tolerable.

Muchas veces pensé: por qué tenia tanta ira en su interior?

Y la respuesta era, aparentemente,  muy sencilla: Porque no tenía paz prácticamente desde que nació, debido entre otras cosas a las continuas disputas de sus padres.

También porque las personas nos vamos acomodando a una forma de ser, que muchas veces no es auténtica, pero que sin embargo la aceptamos.

Con esto quiero decir que ser iracundo no es una decisión afortunada y que se puede cambiar, a fuerza de desearlo y de entender que no lo lograremos con nuestra humana capacidad.

Es importante reflexionar sobre la cuestión de la ira y no dejar que nos termine dominando y que se convierta en la guía de nuestra vida.

Diego Acosta