Blog del TIEMPO
La creciente preocupación por los efectos de la peste, ha obligado a los gobiernos a adoptar una serie de medidas drásticas, a los efectos de tratar de controlar la situación.
Frente a esta situación hay distintos grupos que se manifiestan contrarios, fundando su posición en la defensa de los derechos individuales.
Declaramos que en eso coincidimos, en la defensa de la libertad y de los derechos. Estos principios son los mismos que demandamos para que sean una realidad en muchos países, donde están conculcados o directamente se ignoran por los gobiernos.
Aclaradas estas cuestiones nos dirigimos a los rebeldes, para expresarles la preocupación que producen en el ánimo de las personas que sí aceptan las medidas preventivas.
Se trata de ser solidarios con la necesidad que todos tenemos de no ser afectados por la peste y de los esfuerzos que son necesarios hacer en el cotidiano movimiento de cumplir con las obligaciones que son propias de cada uno.
Por esta razón es que los actos de rebeldía, de objetar las medidas de los gobiernos, aunque puedan ser objetables, chocan con la necesidad de cuidarnos y de cuidar al prójimo.
Francamente estas protestas, pecan o bien de una postura exhibicionista o de un infantilismo sorprendente o de caprichosos maleducados o mal aprendidos.
Simplemente les hacemos un llamado para que reflexionen y obren como personas adultas. El tiempo de defender los derechos llegará cuando no sea necesario cuidar y cuidarnos.
Diego Acosta