DOS NIDOS EJEMPLARES

DEVOCIONAL

Todas las veces que me asomo por mi ventana, puedo ver como cada vez se hacen más grandes dos nidos, que están en la parte más alta de un árbol.

Y puedo ver también el laborioso cuidado con el que los pájaros hacen su labor, yendo y viniendo trayendo las ramitas que le van dando forma al lugar donde crecerán los polluelos.

Ver todo esto es reconfortante, porque es emocionante comprobar como el ciclo de la vida se cumple inexorablemente y como cada especie se comporta con el sentido que le ha dado nuestro Creador.

Comprobando todo esto, una y otra vez, me llamo la atención acerca si soy igual de diligente con mi familia, con el cuidado que les debo  brindar y con el comportamiento que tengo cada día.

Podré el día del final, presentarme delante del Eterno mostrando mis obras de fe? Podré decirle, no he sido siervo fiel por mis propias limitaciones, pero lo he intentado siempre? Tal vez los pajaritos me sigan enseñando para cumplir con lo que debo hacer.

Lucas 12:39
Pero sabed esto,
que si supiese el padre de familia
a qué hora el ladrón había de venir,
velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa.

Diego Acosta / Neide Ferreira

Mensaje a los «rebeldes»

Blog del TIEMPO

La creciente preocupación por los efectos de la peste, ha obligado a los gobiernos a adoptar una serie de medidas drásticas, a los efectos de tratar de controlar la situación.

Frente a esta situación hay distintos grupos que se manifiestan contrarios, fundando su posición en la defensa de los derechos individuales.

Declaramos que en eso coincidimos, en la defensa de la libertad y de los derechos. Estos principios son los mismos que demandamos para que sean una realidad en muchos países, donde están conculcados o directamente se ignoran por los gobiernos.

Aclaradas estas cuestiones nos dirigimos a los rebeldes, para expresarles la preocupación que producen en el ánimo de las personas que sí aceptan las medidas preventivas.

Se trata de ser solidarios con la necesidad que todos tenemos de no ser afectados por la peste y de los esfuerzos que son necesarios hacer en el cotidiano movimiento de cumplir con las obligaciones que son propias de cada uno.

Por esta razón es que los actos de rebeldía, de objetar las medidas de los gobiernos, aunque puedan ser objetables, chocan con la necesidad de cuidarnos y de cuidar al prójimo.

Francamente estas protestas, pecan o bien de una postura  exhibicionista o de un infantilismo sorprendente o de caprichosos maleducados o mal aprendidos.

Simplemente les hacemos un llamado para que reflexionen y obren como personas adultas. El tiempo de defender los derechos llegará cuando no sea necesario cuidar y cuidarnos.

Diego Acosta