IMITADORES

EL ABUELO SALOMÓN

En los tiempos en que vivimos obramos compulsivamente y nos hacemos eco, de todo lo que se nos dice, insinúa, sugiere o directamente podríamos decir que se nos manda hacer.

Por eso es que seguimos las modas, las propuestas que muchas veces no tienen nada que ver con nuestra sensibilidad y que sin embargo las aceptamos porque otras personas lo hacen.

Nos estamos convirtiendo en imitadores de primera calidad, es decir lo hacemos muy bien, dando satisfacción al mundo por haber ganado un nuevo militante de sus métodos.

Por qué aceptamos que esto sea así?

Muchas veces por comodidad, por indolencia o simplemente porque no nos detenemos a pensar en cómo obramos y nos dejamos arrastrar por la vorágine en la que vivimos.

Es necesario que reaccionemos y que seamos imitadores, pero de los buenos ejemplos, que los hay y pueden transformar nuestras vidas para siempre.

Sólo es necesario pensar un poco y reflexionar.

Diego Acosta

HABLEMOS: SI o NO

SI, SI. NO, NO.

El Hijo del Hombre formula otra categórica definición relacionada con nuestra conducta.

MATEO 5:37 Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede. En algunas versiones o traducciones se introduce sustituyendo al párrafo completo el término: al diablo pertenece.

Jesús no deja ninguna duda con relación a nuestros comportamientos: no existe otra posibilidad de expresarnos que no sea inequívocamente si o no.

Lo que hagamos en contrario no está de acuerdo con esta afirmación y por tanto pertenece efectivamente al enemigo de nuestra fe, a Satanás.

En el Antiguo Testamento hay varias referencias a esta cuestión. En el Salmo 34:13 podemos leer: Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño.

 En el Libro de Proverbios, hay dos advertencias. Una en 13:3 El que guarda su boca guarda su alma; Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.

Y ampliando el concepto encontramos en 21:23 El que guarda su boca y su lengua, su alma guarda de angustias.

Si guardamos nuestra boca guardaremos nuestra alma y la libraremos de pesares. Queda manifiestamente claro la importancia de la forma en que nos expresemos.

En el Nuevo Testamento Santiago en 3:6 se refiere en duros términos a este asunto: Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.

 Nos advierte con relación a nuestra lengua que está en nuestro cuerpo para contaminarlo, porque tiene maldad y es un fuego que inflama inspirada por Satanás, a toda la Creación.

Diego Acosta

DIOS Y EL EXITISMO

ANTIVIRUS

En un diario español se aseguraba que Dios debería pedir perdón por el estado del mundo. En otras palabras se hacía responsable al Eterno de todo lo que hacemos los hombres en el mundo.

Obviamente no se nos ocurre defender a Dios, porque sería una temeraria falta de respeto hacia su Majestad y Soberanía. Se trata de destacar como se usa el nombre del Todopoderoso.

Pareciera que atacándolo se logran éxitos personales, tales como atrevimiento, coraje y por supuesto más notoriedad, que son los grandes objetivos del mundo en el que vivimos.

En la exaltación desmesurada y sin límites del hombre, se apelan a grotescos recursos para librar a la especie, de sus responsabilidades con lo que está ocurriendo en el planeta.

Usar a Dios como instrumento para supuestos logros personales, pone de manifiesto la estatura de quienes lo atacan.

Diego Acosta

LOS DIFÍCILES

DEVOCIONAL

Los hombres tenemos una especial capacidad para convertir una cuestión complicada, en un problema más complejo todavía.

Y entre esos casos se encuentran las personas que genéricamente etiquetamos como difíciles, sin valorar su situación y sin detenernos a pensar en quienes son.

Y lo más grave, es que no somos capaces de tener una buena actitud hacia los difíciles y endurecemos nuestro corazón para agravar aún más las situaciones.

Cuando pienso en todo esto, declaro mi falta de Amor hacia el Prójimo, porque sin ninguna duda Jesús trataría a los que llamamos difíciles de una manera diferente a la que yo lo hago.

Por tanto no nos podemos esconder en nuestra humana condición para tratar de justificar nuestras decisiones equivocadas con las personas difíciles.

Simplemente debemos aceptar que nuestro Prójimo es conflictivo y en lugar de enfrentarlo, ayudarlo en todo lo que podamos y buscando siempre entenderlo. Es una manera de seguir los Mandamientos de Jesús.

Romanos 13:10

El amor no hace mal al prójimo;
así que el cumplimiento de la ley es el amor.

Diego Acosta / Neide Ferreira