CORONA PLAGA…?

ANTIVIRUS

En estos días en los que el mundo observa con preocupación creciente todo lo relacionado con el coronavirus, se levantan voces acerca de la maldad de Dios.

Es como si se atribuyera al Eterno todo lo malo que ocurre a los hombres y al planeta en el que vivimos. Tal vez sea la manera más cómoda de quitarnos cualquier responsabilidad sobre lo que ocurre o sobre lo que nos ocurre.

Es muy fácil responsabilizar a otro y más fácil todavía a quién no se defenderá ni levantará su voz para explicar nada. El Supremo no tiene nada que explicarnos!

Siendo así, por qué no pensamos en los hombres?

En nuestra propia maldad?

O pensamos que somos perfectos y que la maldad que cada día gana una batalla más, es producto de la maldad Divina?

La maldad del hombre destruye vidas, ideas, bienes y a la propia Tierra. Con nuestra maldad dejamos de respetar lo verdadero y nos lanzamos a llamar a lo malo bueno, para luego justificarnos y como siempre, trasladar la culpa a otros o a otro, como en el caso de Dios.

Diego Acosta

www.septimomilenio.com

CUANDO…?

DEVOCIONAL

En un tiempo complicado y difícil de mi vida, oraba todos los días para que ese camino por el desierto terminara y llegara algo nuevo, distinto, a lo que estaba ocurriendo.

Recordaré hasta el final, como durante casi tres años recibí la misma respuesta: Calla y espera…

Con los años comprendí el significado de esas dos palabras. El permanecer callado tenía mucho que ver con la obediencia y muy poco con la rebeldía. Simplemente era aceptar las cosas como estaban.

Y la espera estaba vinculada con esa actitud tan humana que es la ansiedad, el de tenerlo todo ya, ahora, en este momento. Puedo decir que mi ansiedad sufrió un severo tratamiento.

Todas las veces que dije… cuando, tuve la misma respuesta. Hasta que un día dejé de preguntar y entonces comenzaron a ocurrir cosas. Nada fue como yo esperaba y si eso hubiera sido posible, llegó un tiempo más difícil todavía.

Fue duro? Sí, y agradezco al Eterno por ello. Aprendí que el tiempo, era una cuestión que solo ÉL puede controlar!

Deuteronomio 11:14
Yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo,
la temprana y la tardía;
y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite.

Deuteronômio 11:14
Então, darei a chuva da vossa terra a seu tempo,
a temporã e a serôdia,
para que recolhas o teu cereal, e o teu mosto, e o teu azeite.

Diego Acosta / Neide Ferreira

www.septimomilenio.com

 

 

REPETIDAMENTE

MENSAJE

Jesús nos dejó una maravillosa lección y la regla de oro con relación a la oración: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

En un sentido literal todos comprendemos lo que el Hijo del Hombre nos quiso enseñar y para que lo tuviéramos en cuenta, en cada circunstancia de la vida.

Esta lección que podemos leer en los Evangelios de Mateo y de Lucas, nos abre la perspectiva acerca de la importancia que tiene la oración, en los momentos cruciales.

O cuando liberamos delante del Príncipe de Paz, los anhelos que están en nuestro corazón y los exponemos con la mayor claridad, en los momentos de máxima intimidad.

Cada vez que se nos exhorta a leer con profundidad y detenimiento la Palabra de Dios, se nos está indicando que si renovamos cotidianamente nuestra relación con el Creador, estaremos más cercanos a ÉL.

Y se nos abrirán nuevos horizontes espirituales con las revelaciones que solo ÉL nos puede conceder como una Gracia maravillosa. Pensando en todo esto, puedo afirmar que recibí una sorprendente versión a través de una persona muy amada.

Ella me comentó que el Señor le había señalado que aquello de pedir, buscar y llamar, adquiría una nueva dimensión cuando lo hacemos de una manera diferente.

Se trata de hacerlo un día y otro día, sin desmayar y esperando confiadamente la respuesta a nuestras oraciones. Por qué? Porque si obramos de esta manera estamos superando esa actitud tan humana de sentirnos frustrados ante el supuesto olvido de Dios.

Esa es la gran cuestión: El abatimiento sobreviene el día en que luego de orar, el enemigo comienza con sus engaños y mentiras y nos va quitando primero la paz y luego la confianza, que debería ser indeclinable hacia el Eterno.

Si somos además de perseverantes, insistentes con nuestras oraciones, mantendremos viva la esperanza y también la fe en que siempre habrá respuesta para aquello por lo que oramos.

Aunque a veces lo que recibamos no nos guste o no sea lo que esperamos, pero sabiendo que lo que Dios nos hable, SIEMPRE será lo mejor para cada uno de nosotros.

Esta lección la he aprendido y la pongo en práctica, repetidamente, con fe y con constancia.

Diego Acosta / Neide Ferreira

www.septimomilenio.com

GRANDES…?

DEVOCIONAL

La muerte en condiciones dramáticas de personas famosas, actualiza una cuestión que es digna de ser analizada desde la perspectiva de las cosas de Dios.

Quién es verdaderamente importante?

El famoso, el hombre con gran fortuna?

O el que cotidianamente sirve al prójimo?

Pueden parecer personajes extremos, pero es que si no lo planteamos con la máxima crudeza, hay cuestiones que se diluyen entre lo emotivo y lo verdadero.

Ciertamente produce pesar la muerte de alguna persona en situaciones dramáticas, pero eso lo transforma en ejemplar? Como ha sido su vida, que ha hecho por los demás?

En cambio hay personas que abandonan el mundo, sin dejar nada y a veces hasta sin herederos. Pero han sido fieles servidores del prójimo y las podemos ignorar?

El Eterno no mide las magnitudes que valoramos los hombres. ÉL valora lo que hicimos en su Nombre, desde las perspectiva de que nuestra mano izquierda nunca supo lo que hizo la derecha.

No ignoremos esta Verdad!

Lucas 11:42
ES- Mas !!ay de vosotros, fariseos! que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza,
y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios.
Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello.

PT – Mas ai de vós, fariseus, que dizimais a hortelã, e a arruda, e toda hortaliça
e desprezais o Juízo e o amor de Deus!
Importava fazer essas coisas e não deixar as outras.

Diego Acosta / Neide Ferreira

www.septimomilenio.com

 

ESTUPOR

DEVOCIONAL

Una amiga comentaba su tremendo enfado y estupor, por algunas  cosas que estaban ocurriendo y que afectaban negativamente a sus hijos.

Ella no concebía como se pretendía quitarle a los padres el poder de decisión sobre la forma de educarlos y sobre todo, como se pretendía cambiar lo bueno por malo.

Esta señora no es creyente, pero coincidía en muchas de las afirmaciones que planteamos quienes nos llamamos hijos de Dios. Algo natural, cuando se unen los pensamientos en torno a los Mandatos del Señor, aunque no se lo conozca o reconozca.

Mi respuesta a este encendido alegato, estuvo dirigida a confirmar lo que ella tenía en su corazón, explicándole que eso era exactamente lo que el Eterno demandaba de los padres.

No solo el derecho sino también la obligación de formarlos sobre los principios fundamentales del Supremo: Hombre y mujer, convertidos en una sola carne en el matrimonio.

Cuando se pretenden otras alternativas, se violentan principios y se desafía a Dios, que no tolera la rebeldía de los humanos y tiene especial cuidado por los más débiles de la Creación.

Mateo 11:25
En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños.

Mateus 11:25
Naquele tempo, respondendo Jesus, disse: Graças te dou, ó Pai, Senhor do céu e da terra, que ocultaste estas coisas aos sábios e instruídos e as revelaste aos pequeninos.

Diego Acosta / Neide Ferreira

www.septimomilenio.com

ARDILLAS

DEVOCIONAL

Desde una de las ventanas de mi casa, casi todos los días puedo ver ardillas, que se mueven presurosas en busca de comida e incluso juegan provocando mi deleite.

Ayer, mientras las miraba pensé: Le dedico yo tanto tiempo a la Biblia, como le estoy dedicando a estos pequeños seres de la Creación?

Probablemente sí, pero lo que me resultó grave es que leyendo la Palabra, no tengo la sensación de deleite que me produce mirar las veloces maniobras de estos animalitos.

Me pregunto: Qué tiene de malo deleitarse con las ardillas y no deleitarse con el Texto?

En realidad nada, pero lo que ocurre es que así como nos deleitamos con la Creación en movimiento, del mismo modo deberíamos deleitarnos con la infinita profundidad de lo que el Eterno nos revela cada día.

Aunque el deleite sea agresivo y también duro para con mi vida, porque no todo puede ser placentero como contemplar ardillas. Hay un tiempo para cada cosa! La cuestión es no perder de vista que es lo primero y lo más importante!

Deuteronomio 17:19
Y lo tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su vida,
para que aprenda a temer a Jehová su Dios,
para guardar todas las palabras de esta ley
y estos estatutos, para ponerlos por obra.

Deuteronômio 17:19
E o terá consigo e nele lerá todos os dias da sua vida,
para que aprenda a temer ao
Senhor, seu Deus,
para guardar todas as palavras desta lei
e estes estatutos, para fazê-los.

Diego Acosta / Neide Ferreira

 

LA INDOLENCIA

DEVOCIONAL

Me sorprendo como poco a poco voy aceptando cosas que están mal, como si el tiempo fuera capaz de limar las asperezas de situaciones que no debería tolerar.

Cuando pienso en esta cuestión, la atribuyo a la indolencia con la que vivo, porque en lugar de tener posiciones firmes, me debato entre mis obligaciones y las propuestas del mundo.

No cabe ninguna duda que este debate, es el peor resultado que puede haber en cuanto a las certezas que debemos de tener quienes nos llamamos hijos de Dios.

Ser indolente, me lleva a olvidarme que hay principios que son innegociables y de obligado cumplimiento y por lo tanto no pueden estar sujetos a opiniones o consideraciones interesadas.

Combatir la indolencia es una gran propuesta que me he planteado, para buscar ser digno ante el Eterno y su Majestad. No basta con declararme creyente, debo practicarlo tanto como el respirar.

Proverbios 12:27
El indolente ni aun asará lo que ha cazado;
pero haber precioso del hombre es la diligencia.

Provérbios 12:27
O preguiçoso não assará a sua caça,
mas o bem precioso do homem é ser diligente.

Diego Acosta / Neide Ferreira

www.septimomilenio.com

LEER….

DEVOCIONAL

En el poco tiempo que dedico a la lectura de la Biblia, comprendí que era necesario hacer grandes cambios. El más importante de ellos, era el de dejar de mirar la hora a cada momento.

Este llamado a la reflexión me alertó acerca de algo que no era bueno, fundamentalmente para mí, porque sin desearlo, esa actitud me estaba alejando todos los días, un poco más del Eterno.

Pensando en esto, reparé que esos minutos que dedico a la lectura de la Palabra, son muy escasos con relación al que dedico, por ejemplo a otro tipo de lecturas.

Es decir, siempre tengo otras ocupaciones más urgentes, con lo que voy postergando lo que verdaderamente es importante parta mi vida, como hijo de Dios.

Por estas razones, desde hoy he cambiado mis tiempos y ahora me he propuesto leer la Biblia, sin pensar en lo que tengo que hacer y en las complicaciones de cada día. Estar cerca del Señor es lo más importante para mí.

Diego Acosta / Neide Ferreira

www.septimomilenio.com