CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO
En tiempos difíciles y cada vez más complicados, en los que cada día resulta más fácil llamar a lo malo bueno, es importante rescatar el sentido verdadero de algunas cuestiones.
Una de ellas es el Amor!
Jesús lo destacó como primordial, basando en sus principios el Reino de Dios, lo que representó para los hombres un cambio fundamental en su historia.
Amar al prójimo!
Extendiendo el valor del sentimiento, más allá de lo que llamamos la familia, más allá de lo que resulta natural en la especie. Amar al prójimo es un paso gigantesco para la mente y el razonamiento humano.
Pero si lo es con el prójimo, mucho más lo es con el Mandato de amar al enemigo!
Incluso puede resultar hasta incomprensible, que se nos diera como Mandato, un gesto de esta magnitud, porque representa todo lo contrario de lo que podamos guardar en nuestro corazón.
El Hijo del Hombre no violentó nuestra capacidad de decisión, sino que amplió de una manera casi inaudita, nuestra capacidad de cambiar y renovar a los hombres y mujeres nacidos nuevos, luego del bautismo.
Esta es una de las razones por las que se nos enseña que luego del bautismo, hombres y mujeres, somos recién nacidos a una nueva vida, en donde el Amor se manifiesta de una forma poderosa. Tan poderosa que es capaz de llevarnos a amar hasta el enemigo.
Qué significado tiene entonces, el amor al enemigo?
Uno de ellos, es el de amar la Vida!
Y la expresión suprema de este concepto, no es otro que el de la maternidad, de la obligación que tenemos como personas y como sociedad de cuidar a las mujeres que están en el tiempo de la gestación.
Muchas veces este tiempo, es un tiempo de alegría, de agradecimiento. Pero en otros, es un tiempo de dolor y de angustia, que lleva a muchas mujeres a tomar decisiones que pueden parecer buenas, pero que se transforman en una pesadilla que las acompañará para siempre.
Con el Mandato del Amor, está implícito el Mandato por la Vida!
Amar al prójimo y al enemigo y a la Vida, no son opciones. Son cuestiones fundamentales que nos serán reclamadas! El Amor, es la mirada del Eterno sobre nosotros, los hombres!
Diego Acosta / Neide Ferreira
www.septimomilenio.com