En los momentos en lo que todo parece tenebroso, es bueno recordar que cada uno de nosotros debe ser luz, porque confiamos y creemos en la Luz del mundo.
Este pensamiento me resulta familiar, porque recurro a él cada vez que me encuentro preocupado por mis problemas personales.
Y también cuando me preocupo por lo que ocurre en el mundo. A veces todo resulta desolador, incomprensible, con hechos que demuestran que la maldad cada vez es más grande.
Es entonces cuando recuerdo que el Hijo del Hombre es la Luz del mundo y nada de lo que ocurra puede afectar lo que ÉL ilumine.
Si vemos algo que nos parece sombrío, no dudemos en pensar que por muy siniestro que sea, el Poder de Jesús le devolverá la claridad.
Juan 8:12
Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
João 8:12
Falou-lhes, pois, Jesus outra vez, dizendo: Eu sou a luz do mundo;
quem me segue não andará em trevas, mas terá a luz da vida.
El instrumento en forma de cruz, que adquirió el carácter de símbolo para los cristianos, fue probablemente un invento de los persas, los actuales iraníes.
Era utilizado como un verdadero tormento para los ajusticiados y se lo consideraba tan humillante que los romanos, que lo aplicaban en sus condenas, no lo utilizaban entre sus pares.
Cuando Jesús amonestó a Pedro por ser piedra de tropiezo, por pensar solamente en las cosas de los hombres, pronunció un mandato: Para seguirlo deberíamos tomar nuestra propia cruz.
Qué significado tiene esta afirmación?
La debemos tomar literalmente?
Debemos tener una cruz de madera para seguirlo?
O representa una expresión de un alto contenido espiritual?
Seguramente la interpretación correcta es la última, la que supone una simbología muy especial, para indicarnos que la cruz en la que ÉL murió tuvo una condición singular.
No es solo por lo puramente material, que supuso una muerte cruel y dolorosa, sino porque fue una manera de ejecutar SU sacrificio supremo por la grandiosa causa de la Salvación de los hombres.
Si la interpretamos en ese sentido la cruz representa un símbolo de renuncia, de entrega, de vocación de servir al prójimo y a los demás hasta sus últimas consecuencias.
Y que mayor consecuencia para un ser humano, como era ÉL siendo Dios, que entregar su propia vida?
Desde entonces ya no fue necesario ofrecer sacrificios sangre por la expiación de los pecados, porque fue la Expiación Final, la última que se ofreció al Padre por las iniquidades y los fallos de los humanos.
Por eso para seguir a Jesús debemos cargar con nuestra propia cruz. Y cuál es la cruz con la que lo seguiremos?
Sencillamente la personal, la que significa una cuestión que probablemente solamente nosotros sepamos qué es y que arrastramos en nuestro interior cada día.
Esa es nuestra cruz, la que llevamos callada y sufridamente cada día y con la que debemos de seguir al Hijo del Hombre.
Sin lamentos, quejas ni victimismo, como ÉL hizo. Esta es la única manera de seguirlo, en Espíritu y con Verdad, para entregarnos por completo al cumplimiento del Mandato de servirlo y de servir a los demás.
Cuando nos aprestamos a leer la Palabra de Dios, debemos prepararnos, profundamente para un gran momento de nuestra vida.
No es solo prepararnos para una lectura sino también para adentrarnos en las revelaciones que el Espíritu pueda darnos.
Pero, debemos apreciar que son dos situaciones distintas. Una cosa es leer, con detenimiento, sin prisas. La otra es dejar pasar nuestra vista sobre Capítulos y versículos, buscando lograr de leer el máximo posible de páginas.
Como es comprensible, el Espíritu difícilmente podrá enseñarnos lo que tiene para nosotros, si solo pasamos nuestra vista, con rapidez sobre las páginas como si estuviéramos compitiendo contra nosotros mismos.
Cuando leemos debemos elegir el mejor momento del día, aquel en el que estaremos más tranquilos, más serenos, para no tener ninguna clase de prisa ni caer en la tentación de hacerlo rápido para acortar los tiempos.
Estas cuestiones fueron momento, una gran revelación para mí, pues un día el Espíritu me mostró mi gran torpeza, mi auténtica necedad a la hora de leer el Texto Sagrado.
Un buen ejemplo de lo que estamos comentando, es el momento en el que Jesús habla de la semilla de mostaza y de lo pequeña que es.
Creo que todos nos quedamos en la primera parte del versículo, al que damos por sabido y por entendido, sin detenernos ni un solo instante en lo que podríamos llamar la segunda parte de lo que dijo el Hijo del Hombre.
Hablando de la calidad de nuestra fe la comparó con una semilla de mostaza y mencionó que podríamos cambiar a un monte de lugar.
Y pareciera que ese es el fin de la historia. Pero Jesús formuló una promesa: Si nuestra fe fuera mayor, podríamos hacer cosas mayores que esa.
Sería bueno que leyéramos el pasaje, en el Evangelio de Mateo, para comprender acabadamente la necesidad que tenemos de profundizar en el Texto y permitir que el Espíritu nos hable.
Con el paso de los años, he podido valorar la importancia de esta enseñanza. Cuando le dediquemos el mejor tiempo a la lectura de la Biblia, entonces nuestra vida comenzará a cambiar.
Mientras tanto caminaremos como si no tuviéramos una brújula y estaremos perdidos y sin rumbo.
En los momentos difíciles, es cuando siguiendo un impulso natural buscamos un refugio, para apartarnos del peligro.
De esta manera enfrentamos la adversidad, buscando un lugar que sea propicio para evitarnos males, pesares y no caer en el miedo.
Unos encuentran ese refugio en su propio orgullo, en su fortaleza física. Otros, en la proximidad de otras personas o consumiendo productos que nos hagan olvidar lo que ocurre a nuestro alrededor.
De todos quienes toman esta clase de decisiones, solamente aciertan quienes elevan la mirada por encima de las circunstancias y buscan a Jesús.
El Hijo del Hombre es el Único y Verdadero Consuelo!
Nadie como ÉL para cobijarnos, para darnos aliento y estímulo para superar cualquier momento difícil, por grande que sea el problema, por tremendas que sean las situaciones que enfrentemos.
Jesús será el Verdadero Refugio! Siempre!
1 Corintios 10:4
Y todos bebieron la misma bebida espiritual;
porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.
1 Coríntios 10:4
E beberam todos de uma mesma bebida espiritual,
porque bebiam da pedra espiritual que os seguia; e a pedra era Cristo.
El Evangelio de Marcos se caracteriza por mostrar a Jesús en constante acción, durante su Ministerio terrenal.
El Hijo del Hombre enseña una gran lección a propósito de la utilización del tiempo, sabedor sin duda, de que su presencia en la Tierra tenía un límite.
En cierto modo, también nosotros nos encontramos en la misma situación. Solo que el momento de nuestro tiempo no lo sabremos, hasta que se concrete.
La imperiosa necesidad de Jesús se enseñar, sanar, luchar, nos deja en evidencia cuando declaramos sus seguidores y hacemos lo contrario de lo que ÉL hizo.
Muchos de nosotros nos limitamos a contemplar lo que ocurre a nuestro alrededor procurando que nada nos afecte, que nada contamine nuestra burbuja, para seguir ajenos a todo y a todos.
No es esta una manera de obrar para quienes nos llamamos hijos de Dios!
Si aceptamos al Señor como nuestro Salvador, debemos de seguir su ejemplo y ser fieles cumplidores de sus Mandatos.
Caso contrario, nuestra declaración de fidelidad, será otra muestra de palabrería, vana, sin sentido y hasta mentirosa.
No hemos sido mandados a contemplar!
Santiago 1:22
Pero sed hacedores de la palabra,
y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
Tiago 1:22
E sede cumpridores da palavra e não somente ouvintes,
En las ocasiones en la que se analizan y también discuten cuestiones doctrinales, es muy difícil llegar a conclusiones que aclararen las situaciones.
Lo más grave, es que como resultado primero de los cambios de ideas, surgen diferencias que se trasladan a lo personal.
Más de una vez he pensado que en las discusiones, siempre se olvida lo fundamental: Tenemos un Árbitro, que es quién tiene la Autoridad para definir cualquier controversia.
Ese Árbitro no es otro que Jesús, pues ÉL representa el fundamento de nuestra fe y la manera eficaz de ponerla en acción.
Olvidar esta realidad, nos puede hacer perder la perspectiva de lo que es Verdad a lo que es pensamiento de humanos.
Solo el Hijo del Hombre es la Verdad y la Luz!
Seamos sensatos y decidamos por el Camino verdadero!
Apocalipsis 3:14
Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios.
Apocalipse 3:14
E ao anjo da igreja que está em Laodiceia escreve: Isto diz o Amém, a testemunha fiel e verdadeira, o princípio da criação de Deus.