SUMAR…!

Hablando con un amigo acerca de una de las razones de la existencia de la Iglesia, concordamos que es la de acercar a las personas del mundo al Reino de los Cielos.

En otras palabras: Evangelizar!

Pero cómo?

Con qué visión?

Tal vez, nunca con la de agredir, la de atacar, sino todo lo contrario. No se trata de amenazar con el infierno eterno, sino de revelar con humildad que hemos sido rescatados de nuestros pecados, perdonados y salvados por la Gracia.

Si amenazamos, si agredimos, lo más probable es que despertemos sentimientos antagónicos a Jesús. Acaso nosotros mismos no fuimos pecadores?

Y acaso no debemos pedir perdón por nuestros pecados, diariamente?

O es menos pecador el miembro de una congregación, que mienta, por ejemplo, que una persona del mundo que haga lo mismo?

El dedo acusador, primero debe estar dirigido contra nosotros mismos, solamente así entenderemos que Evangelizar no significa condenar a nadie.

Esta visión, fue buena para mí, porque me volvió a colocar en el lugar que me corresponde. No en el papel de justo, sino en el papel de pecador!

Por esta razón debemos SUMAR almas al Reino y no amenazarlas y condenarlas al castigo eterno.

Romanos: 10:8-9

ES – Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos:

que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

PT –  Mas que diz? A palavra está junto de ti, na tua boca e no teu coração; esta é a palavra da fé, que pregamos,

a saber: Se, com a tua boca, confessares ao Senhor Jesus e, em teu coração, creres que Deus o ressuscitou dos mortos, serás salvo.

Diego Acosta / Neide Ferreira

www.septimomilenio.com

DE QUIÉN ES…?

Por qué los creyentes decimos la iglesia del pastor…?

Por qué le adjudicamos a la iglesia el nombre de un líder?

Por qué nos olvidamos tan fácilmente del verdadero sentido de la Iglesia?

Por qué perdemos la noción más elemental acerca de QUIÉN ES LA IGLESIA?

Acaso no enseñó JESÚS que SUYA es la Iglesia?

Pensemos sobre estas preguntas y recobremos para Jesús toda la Majestad y la Autoridad Sobre su Iglesia.

Y recobremos para sus siervos la dignidad y privilegio de servir y no ser servidos!

Marcos 10:45 

PT – Porque o Filho do Homem também não veio para ser servido,

             mas para servir e dar a sua vida em resgate de muitos.

ES –  Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido,

             sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

 

Diego Acosta / Neide Ferreira

www.septimomilenio.com

LA IGLESIA DE JESÚS

evangelical-church

La Iglesia es de Jesús!

Esta rotunda afirmación está presente en mi ánimo y en mi espíritu desde siempre.

Por eso adquirió un valor muy especial una frase que acompañó un mensaje de un líder espiritual por quién tengo un alto concepto.

El dejó este pensamiento: No os olvideis que la Iglesia es de Jesús y no nuestra, pero debemos de dar cuenta por las ovejas.

Con precisión y contundencia dejó claro los dos conceptos fundamentales que se relacionan con el servicio al prójimo y en cada congregación.

La Iglesia es de Jesús y las ovejas son su rebaño, puesto al cuidado de quienes servimos!

Estos conceptos muchas veces son olvidados por la múltiple coincidencia de distintas causas. Una de ellas, es lamentablemente, la actitud de algunos líderes.

Consideran a la Iglesia como propia e incluso a veces la identifican con su nombre y luchan por la posesión del rebaño del Hijo del Hombre, con otros líderes para asegurar su pertenencia a su congregación.

Esta cuestión es fundamental para entender como es el presente y el futuro de la Iglesia. Si la consideramos propiedad personal, deberemos asumir las consecuencias de la decisión y rendir cuentas en el Juicio.

Si consideramos que la Iglesia está a nuestro cuidado por mandato de Jesús, entonces comprenderemos que las ovejas también son de ÉL y en ningún caso, pertenencia personal.

Por la Gracia tengo claros los conceptos y también por la Gracia, siempre he tratado de cumplirlos. Y cuando no me ha sido posible, he optado por alejarme. Sin rebeldías personales, pero descansando en el Señor!

Por eso me alegré de este mensaje: No os olvideis que la Iglesia es de Jesús y no nuestra, pero debemos de dar cuenta por las ovejas.

1 Pedro 5:2

Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto.

Diego Acosta / Neide Ferreira

www.septimomilenio.com

AHORRAR Y MALGASTAR

yawning-kid

Los que vivimos los tiempos finales de la existencia, tenemos calma para analizar lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer.

Sobre lo poco que hicimos bien y sobre lo mucho que obramos mal.

Como casi todas las personas, un día le concedí valor al dinero y a partir de entonces centré todos mis afanes en tenerlo y en la medida de lo posible de atesorarlo.

El gran precio que estaba pagando, yo lo ignoraba por completo. Estaba malgastando mi tiempo en algo que no tiene el menor valor, como no sea de aquel que precisamos para vivir.

Así fue que invertí muchos años de mi vida, desde esa errada y mezquina perspectiva. Dándole valor al dinero, se lo resté de lo que verdaderamente tenía y tiene importancia.

Para expresarlo de otra manera: Busqué ahorrar en lo que no debía y malgasté alocadamente lo que si debía administrar con sabiduría.

Es el dilema de nuestro tiempo: Buscamos el dinero a cualquier precio, malgastando lo único valioso que tenemos los humanos: El tiempo!

Es sorprendente como un día nos podemos dar cuenta que el dinero así como lo tenemos, otro lo perdemos y luego lo podemos volver a recuperar.

Pero el tiempo, este escaso período de vida que tenemos los humanos, no lo podemos recuperar NUNCA!

Como siempre estamos a tiempo de aprender: Aprendamos!

Lo único valioso que tenemos y que debemos preservar y administrar con la máxima Sabiduría, es nuestro tiempo de vida.

El que le dedicamos a Dios, a nuestra familia y a la Iglesia, en el sentido de servir como lo expresó Jesús.

No malgastemos lo único que de verdad tenemos!

Salmo 103:15-16

El hombre, como la hierba son sus días;
Florece como la flor del campo,

Que pasó el viento por ella, y pereció,
y su lugar no la conocerá más.

Diego Acosta / Neide Ferreira

www.septimomilenio.com