DES-HONRA

CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO

La defensa del buen nombre y honor figura como una de las clásicas actitudes, que fueron determinantes de muertes, propias y ajenas, para exaltar algo que se considera de extrema importancia.

Cada persona sabe en qué consisten sus dignidades, sintetizadas en el valor del nombre y en la distinción de utilizarlo en medio de una sociedad que puede asistir atónita ante semejantes posturas.

A lo largo de la historia podemos apreciar ejemplos extremos de esta cuestión, que incluso en nuestros días se sigue manteniendo, con una vigencia que supera la lógica más elemental.

Pareciera que el valor de la egolatría, se torna más relevante porque se asume que el buen nombre y honor, es algo que todos conocen y por ello es tan necesario defender.

Por esto se mata y se muere.

Se mata para restaurar lo afectado y se muere por defenderlo.

En los dos casos se pone en riesgo la propia vida y la de quienes han cometido el grave pecado de haber injuriado a personas dignas de todo lo digno, según su propia consideración.

Queda claro entonces, que quién defiende el nombre y el honor como bien supremo, no reconoce otro valor que el que él mismo se concede y que es muy elevado, siempre.

Este planteamiento lo podemos enfrentar con otro. Con el de Jesús!

El más grande de todos los hombres que pisaron la tierra que habitamos y que vino a traer el mensaje del Amor y también el de la defensa de la Justicia, sin venganzas pero con mansedumbre y humildad.

Jesús no se defendió nunca de los agravios recibidos y escuchó en silencio todo lo que se decía de ÉL y no respondió tampoco a cualquier pregunta cuya respuesta hubiera significado algún tipo de defensa.

Y con su ejemplo nos enseñó que como hombres no tenemos ninguna honra ni dignidad ante la Majestad del Padre. Por tanto qué valor puede tener lo que nos preocupamos por poseer?

La única honra verdadera la concede por Gracia el Eterno, a aquellos que son humildes y tienen la capacidad de humillarse, en lugar de levantarse airados y ofendidos.

Vivamos para recibir la honra verdadera y no la de los hombres. Tan perecedera y carente de valor, como somos todos ante Dios.

Diego Acosta

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MIEDO-NECESIDAD

CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO

Uno de los diarios de mayor difusión en el mundo publicó como titular y en grandes caracteres esta frase: MIEDO A LA NECESIDAD.

Este mensaje fue doblemente sorprendente, porque el diario tiene por especialidad destacar hechos impactantes y en ese contexto, plantear este tema tan especial resultó poderosamente llamativo.

El titular refleja una cuestión que está latente en la sociedad del país donde se publica, pero que también puede ser extensivo a otros muchos países.

De allí lo significativo de los grandes caracteres que sintetizan en una frase, algo que parece ser cada vez más evidente: el miedo a cubrir las propias necesidades.

Las más elementales, como el techo, la comida, la vida cotidiana, sin entrar a valorar otras cuestiones como el ocio y la diversión o las necesarias vacaciones.

Podríamos preguntarnos qué está pasando?

Podemos responder en base a la creciente preocupación que existe en vastas franjas de hombres y mujeres, por vivir o tal vez de sobre vivir, mañana y pasado mañana…

Nos viene el pensamiento relacionado con la Palabra de Dios, cuando habla sobre en quién tenemos depositada nuestra confianza. Si la tenemos en nuestras propias fuerzas, en nuestras posibilidades es natural y hasta legítimo tener miedo por la necesidad.

Sería una auténtica necedad no preocuparse por el futuro, viviendo de nuestro esfuerzo y depositando toda nuestra confianza, en esa capacidad natural para enfrentar los problemas.

Sin embargo, hay otra perspectiva para enfocar esta cuestión.

Y cuál es esa perspectiva?
La de creer en la existencia de Dios y en entender que nada podemos hacer los hombres, frente a la magnitud de los problemas que tenemos que enfrentar.

Cada día más, se torna más difícil, lo que ayer era un poco más fácil!

Confiando en el Eterno, no dejaremos de tener problemas ni dificultades, pero sí tendremos la esperanza de contar con su Gracia, para ayudarnos en los momentos difíciles.

Por eso Jesús entregó su vida, para salvarnos de nuestros pecados y también para mostrarnos un nuevo camino. ÉL es nuestro Pastor y nada nos faltará!

Diego Acosta

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UN CASO

DEVOCIONAL

Muchas veces advierto cosas a mi alrededor que me resultan indiferentes, intrascendentes. Pero hay otras, que si despiertan mi atención porque están relacionadas con las normas que rigen mi vida.

Una de ellas es el de la falta de sinceridad o lo que puede resultar lo mismo, el del ocultamiento de la verdad o su manipulación para lograr determinados resultados.

Frente a un caso específico, relacionado con estas situaciones me he situado no solo en la posición de espectador, sino también en la de observador interesado.

Para intervenir?

Decididamente no, sino para sacar conclusiones, enseñanzas que me lleven a obrar de manera adecuada frente a hechos parecidos o similares.

Jesús enfrentó a los fariseos por razones parecidas. Lo que supuestamente es un arte, el de engañar disfrazando mentiras o semiverdades, no solo afecta al prójimo, sino que también dañan a quién se pone en situación de ser protagonista de esta clase de historia.

Oro para que el Eterno me conceda Sabiduría y obre, lo más rectamente posible, teniendo en cuenta mi humana condición. 

Job 12:13
Con Dios está la sabiduría y el poder;
suyo es el consejo y la inteligencia.


Com ele está a sabedoria e a força;
conselho e entendimento tem.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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ORACIÓN – Por Libertad

Oremos para que se haga realidad que la Verdad nos hará libres!

Oremos para liberarnos de las ataduras de las tradiciones!

Oremos para liberarnos de los climas opresivos y oprimentes!

Oremos para liberarnos de la exaltación de la muerte!

Oremos para liberarnos de las ataduras de las emociones y los sentimientos!

Oremos para creer verdaderamente en Jesús resucitado!

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IDOLATRÍA

DEVOCIONAL

Jesús nació, vivió y murió como Hombre. Pero Resucitó y está sentado a la diestra del Dios Padre en el Trono de la Gloria!

Esta es la grandiosa Verdad que nos hace recordar que Su sacrificio final por los pecados de todos los hombres, debe ser motivo de agradecimiento.

Ese sacrificio pertenece a un tremendo momento del Plan de Salvación del Eterno para los humanos y recordarlo como un sacrificio una y otra vez, nos aleja de la perspectiva que Él mismo le confirió.

Jesús venció a la muerte y por tanto debemos exaltar la Vida!

Mirando la cruz vacía, puedo recordar el sacrificio último y el único que hace posible mi Salvación, tras arrepentirme de mis pecados y reconocerlo como Señor.

ÉL como mi Señor me perdonó y por ÉL llego hasta el Padre, como único intercesor. Por eso creo y confío en la Vida Eterna. Por eso también me niego a la idolatría del dolor y la muerte!

Romanos 14:9
ES – Porque Cristo para esto murió y resucitó,
y volvió a vivir,
para ser Señor así de los muertos
como de los que viven.

PT  Foi para isto que morreu Cristo
e tornou a viver;
para ser Senhor tanto dos mortos
como dos vivos.

Diego Acosta / Neide Ferreira