TIENES HAMBRE…?

Tienes hambre? Esta pregunta tan realista, también puede ser formulada en sentido figurado y el concepto cambia de dimensión.

Una persona que tiene hambre lo primero que debe recibir del prójimo, es el alimento que la sustente, que le renueve las fuerzas a su cuerpo.

Esto es esencial para la vida!

También hay quienes tienen hambre…sin saberlo!

Es una clase de hambre que no se mitiga ni soluciona con alimentos, porque es la sensación que se inicia en el vacío interior.

Cumpliendo una ley física, el vacío siempre será ocupado por algo. Esto no significa que lo que ocupó el vacío sea lo mejor ni siquiera lo más conveniente.

Por lo que la sensación de vacío se vuelve a sentir con más intensidad y lo que es peor, como una necesidad insatisfecha a pesar de haber sido ocupado.

Esta reflexión acerca del hambre físico, puede trasladarse perfectamente al hambre espiritual!

Lo afirmo porque lo he comprobado durante muchos años de mi vida, en los que busqué y no hallé. Pero a pesar de eso seguí perseverando en buscar lo que necesitaba.

Así fue como Jesús entró en mi vida…para saciar el hambre espiritual que tenía!

Puede que para muchos resulte casi infantil esta manera de referirme al conocimiento que tuve del Señor, pero es así como ocurrió.

No hizo falta que hubiera grandes anuncios, ni grandes manifestaciones estelares. Fue todo tan sencillo, como es el gesto de brindarle alimento a quién lo necesita.

No lo olvidemos. Hablemos de Jesús al prójimo ahora mismo, porque puede ser que tenga hambre y ni el mismo lo sepa.

Juan 6:35

ES – Jesús les dijo: Yo soy el Pan de Vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre;

        y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.

PT  E Jesus lhes disse: Eu sou o Pão da Vida; aquele que vem a mim não terá fome;

         e quem crê em mim nunca terá sede.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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LOS ERRORES

En el mundo se suele comentar que una persona es exitosa cuando la suma de sus aciertos, es mayor que la de sus errores.

Esta es una manera de explicar por qué hay algunos hombres y mujeres que se distinguen, por los logros que la sociedad valora como importantes y por consiguiente los considera ejemplares.

Podemos coincidir con estas valoraciones?

Creemos que la respuesta es más que negativa. Es bastante triste advertir como los supuestos triunfadores, son el resultado de una vulgar suma y resta, aunque se trate de seres humanos.

Esto revela hasta el punto que hemos descendido siendo proclives a aceptar lo que la sociedad impone, sin ningún límite ni consideración moral.

Solo es posible ser exitoso, sin ningún condicionante ni nada que lo limite. Se trata de que al cabo de algún tiempo alguien determine que una persona es hombre o una mujer de mérito…medida por sus éxitos.

Pensemos: Que diría Jesús de semejantes argumentos?

Tal vez lo primero que haría sería llamarnos hipócritas, porque aunque negamos las cosas del mundo, en el fondo nos sentimos inclinados a aceptarlas.

También nos podría recordar que ÉL no vino al mundo a buscar ni a los justos ni a los poderosos, vino a traer la Salvación a los hombres sencillos como debemos ser cada uno de nosotros.

Su muerte y Resurrección solo pueden entenderse como la Suprema Expiación de nuestros pecados. No para que nos consideremos importantes, sino para que estemos libres del yugo de la maldad.

Seamos sabios y aprendamos de nuestros errores, para no repetirlos y para no tener la carga de la que nos liberó el Hijo del Hombre.

Juan 16:33

Pt – Tenho-vos dito isso, para que em mim tenhais paz;

no mundo tereis aflições, mas tende bom ânimo; eu venci o mundo.

ES – Tenho-vos dito isso, para que em mim tenhais paz;

no mundo tereis aflições, mas tende bom ânimo; eu venci o mundo.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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INCREÍBLE

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Muy frecuentemente utilizo esta palabra, increíble, que puede entenderse como algo que no se puede creer o que resulta muy difícil de creer.

Y lo que más me preocupa, es que casi siempre que uso la palabra en cuestión, es cuando algo me sorprende con relación a las cosas de Dios.

Cada vez que advierto que estoy a punto de utilizarla, trato de no hacerlo, porque increíble, está estrechamente relacionada con hechos o situaciones, que solamente el Soberano puede provocar o ejecutar.

Como es evidente, en lugar de increíble…debería decir extraordinario, milagroso!

Esta es una de mis luchas cotidianas, pensando en alcanzar esa meta de la que habló Pablo, siendo plenamente consciente de la humildad de mis recursos para lograrla.

Este pensamiento viene en momentos difíciles, no tanto personales sino por cuestiones que se relacionan con nuestros amados.

Que son las más difíciles y las que más nos afectan. Esto solo lo puede entender desde la condición de padres o de abuelos.

Nos duele y nos afecta más lo que pasa con nuestros hijos o con nuestros nietos, que nuestros propios dolores o afecciones.

Pero este es el momento de no rendirnos ni entregarnos al desánimo. Muy por el contrario, este es el tiempo de clamar al Todopoderoso por nuestros amados.

Nada hay más importante que podamos hacer por ellos que orar por los tiempos que están viviendo, que nadie conoce mejor que el propio Dios.

No digamos: Solo nos queda orar. Demos gracias al Hijo del Hombre, que nos dio la libertad de pedir al Padre en su Santo Nombre!

Oremos, clamemos, porque el Eterno siempre nos escucha! Y olvidemos lo increíble!

Juan 14:13-14

Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.

Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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Y SI FUERA…

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En los difíciles tiempos de mis luchas personales y también de mis fracasos, siempre venía a mi memoria una frase que recuerdo con especial cariño.

Un compañero de trabajo, bastante mayor que yo, me comentó un día acerca de lo corta que era la vida y de lo poco que valía vivirla.

Era desde luego un comentario muy propio de una persona próxima a la vejez y con la carga de frustración que significa no haber podido estudiar medicina y tener que ganarse el sustento en una radio a la que detestaba.

Otro de los compañeros que estaba escuchando nuestro diálogo intervino y dijo: Y si fuera…diferente de lo que Ud. cree?

El mayor de nosotros se quedó mirándolo sin saber muy bien que decir y allí  acabó la conversación.

Pero me quedé con la idea: Y si fuera…

Siempre me he creído una persona con una cierta dosis de intuición, pero luego del milagro de la Salvación, creo que lo que llamaba de esa manera no era otra cosa que el Espíritu Santo obrando en mí.

Aquella frase fue como una señal inesperada en tiempos de afanes y de pequeñas victorias y grandes desilusiones. Es que había algo más que todo eso?

Por esta razón fue que el día en que fui por primera vez a una iglesia evangélica, todo ocurrió serenamente. Me sentí en mí lugar…y la frase comenzó a cobrar sentido.

Y si fuera…Jesús el Salvador?

Y si fuera…Dios el principio de una nueva vida?

Y si fuera…la fuerza poderosa del Amor la que acabara

con el pasado?

Juan 5:21

 Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida,

así también el Hijo a los que quiere da vida.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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LA DECISION…!

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Todos los hombres podemos ejercer el libre albedrío, que nos permite decidir lo que nos parezca mejor o aquello que más esté en línea con nuestras convicciones.

Una alta responsabilidad y una alta carga sobre nuestros hombros, porque al ser un planteo estrictamente personal debemos asumir sin atenuantes todas sus consecuencias.

Esta cuestión siempre estuvo en mi ánimo cuando pensaba acerca de lo que significa la decisión de aceptar al Señor como mi Salvador.

Es mucho más que una declaración!

Supone el perdón de mis pecados al haberme arrepentido de haberlos cometido!

Pero, también he pensado, qué hubiera ocurrido de mí si hubiera tomado la decisión contraria?

En principio llevaría la más que pesada carga de mis pecados y mis iniquidades y la convicción de saber que he renunciado al Amor y a la Misericordia de Dios.

Pero hay más consecuencias!

Quién decide vivir todo el tiempo con sus errores y sus equivocaciones que derivaron en pecados, decide también ser responsables de ellos.

Y la conciencia no dejará de reclamarnos por todos ellos!

Creo en Dios y eso me lleva a ser agradecido por la Gracia recibida, del perdón y también de la seguridad de la Vida Eterna.

Es decir vivo sin la carga insoportable de mis hechos de maldad y vivo sin la pesada carga que agobia a quienes están llegando a mis años y piensan en su destino final.

Y ese final es demasiado serio como para no arrepentirnos, cuando todavía estamos a tiempo, de ejercer el libre albedrío en la dirección absolutamente correcta.

Juan 3:36

El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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QUÉ IMPORTA…?

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Reflexiones:

Qué importa?

La riqueza

La pobreza

La notoriedad

La grandeza

La pequeñez

Lo superfluo

Lo circunstancial

Lo superficial

Lo fatuo

El reconocimiento

Lo ignorado

El poder

La felicidad

La tristeza

El hablar

El callar

Lo que verdaderamente importa es la relación con Dios,

cumplir con lo mandamientos de Jesús

y ser hacedores de obras por fe!

1 Juan 2:16

Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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DORMIR…

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Recuerdo que la primera vez que leí el pasaje en el que Jesús le pidió a Pedro y a los hijos de Zebedeo, Jacobo y Juan, que lo esperaran mientras oraba, me causó una gran impresión.

Como era posible que se durmieran mientras el Hijo del Hombre oraba en Getsemaní?

Pensando en ese momento, ahora llego a una conclusión diferente, que aquella primera vez, en la que enjuicié a los discípulos por esa incapacidad de ser fieles al pedido.

Por qué ellos se durmieron?

Acaso no los había convocado el propio Jesús para que lo acompañaran?

Estas eran las preguntas que me formulé y que me llevaron a enjuiciar a esos tres hombres. Que poco fieles que habían sido!

Con los años fui modificando ese pensamiento porque he podido comprobar, como yo también me dormí en mí Getsemaní y dejé solo a Jesús.

Es posible que ocurra una cosa semejante?

Evidentemente sí y forma parte de aquello que enseñó el Mesías, cuando dijo que si se le daba agua a un sediento, se la daban a ÉL.

Es el mismo caso pero desde una perspectiva diferente.

Cuántas veces dejé de orar por dormir?

Cuántas veces no estuve al lado de quién me necesitaba, para acompañarlo, para ayudarlo en la dificultad o en la hora de la angustia?

Por eso me arrepiento del juicio a Pedro y a los hijos de Zebedeo. No fueron los únicos hombres que dejaron de estar al lado del Señor, cuando los necesitaba.

Yo también me alejé de su lado, aún cuando pueda argumentar la humana debilidad del sueño o la fatiga!

Mateo 26:36

Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos:

Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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