ROMANOS, INTRODUCCIÓN (ES)

La Epístola dirigida a los cristianos que residían en Roma, en sus primeros tres Capítulos aborda temas de gran importancia.

En el primer Capítulo hasta el versículo 17, Pablo aborda asuntos de orden genérico pero de relevancia en la condición de seguidores de Jesús.

Luego destaca el Poder del Evangelio que representa la Decisión de Dios para nuestra salvación y establece una de las rotundas conclusiones: El justo por la fe vivirá, Romanos 1:16-17

La otra cuestión que aborda Pablo es la de la Condenación y la necesidad que tenemos los hombres de la Justicia de Dios.

El desarrollo de estas cuestiones está desarrollado en los primeros tres Capítulos de la Carta, donde se declara que tanto los Gentiles, Ro 1:18-32, los Judíos, Ro 2:1 a 3:8 y toda la Humanidad, Ro 3:9-20, somos injustos.

Adentrarse en la Epístola de Romanos, es una apasionante búsqueda de las revelaciones que nos ayudarán a consolidar la Fe y a comprender los principios que rigen a la Iglesia de Cristo.

Diego Acosta

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LA BIBLIA – Romanos 1:1-17

Pablo en su magistral enseñanza, nos revela que la Justicia de Dios se manifiesta por fe y por eso el justo por la fe vivirá.

1  Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios,

que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras,

acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne,

que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos,

y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre;

entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo;

a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo con respecto a todos vosotros, de que vuestra fe se divulga por todo el mundo.

Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, de que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones,

10 rogando que de alguna manera tenga al fin, por la voluntad de Dios, un próspero viaje para ir a vosotros.

11 Porque deseo veros, para comunicaros algún don espiritual, a fin de que seáis confirmados;

12 esto es, para ser mutuamente confortados por la fe que nos es común a vosotros y a mí.

13 Pero no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir a vosotros (pero hasta ahora he sido estorbado), para tener también entre vosotros algún fruto, como entre los demás gentiles.

14 A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor.

15 Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma.

16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.

17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.

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